Filed under: Fórmula 1
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Durante la exhibición, Julián Fernández, jefe de mercadotecnia y producto de Subaru de México, nos habló de la importancia que esta SUV tiene para la marca, la cual está pensada para cubrir las necesidades de distintos perfiles de clientes y esperan que se convierta en un pilar de ventas a nivel nacional.
Por fuera, esta transformación la ha dotado de rasgos mas afilados y contornos mejor definidos que la emparentan con otros miembros de la familia y en congruencia con el nuevo lenguaje de diseño de la casa. Ahora tiene 4,595 mm de longitud y 1,795 mm de ancho, mientras que la altura es de 1,735 mm.
Por dentro, la sensación del espacio interior se acentúa, gracias a ventanas de mayor tamaño que también mejoran la visibilidad en la cabina. Aunque se tienen materiales duros en la cabina, éstos están muy bien terminados.
La carátula de la consola central es sencilla y sobria, al igual que el tablero que no ostenta aditamentos innecesarios o que no persigan una función primordial. La ordenación del grupo de instrumentos es simple, quizá incluso demasiado. Algunas de las amenidades disponibles incluyen un techo corredizo, control climático automatizado de doble zona y asientos con calefacción.
Por supuesto, porta un motor de cilindros horizontalmente opuestos, de 2.5 l, 175 HP a 5,800 rpm y 235 Nm (ó 173 lb.pie) de par a las 4,100 rpm, el cual impulsa a tres de las cuatro versiones de la gama. Para la Forester tope, la XT, se tiene un 2.0 l turbo, también bóxer, de 250 HP a 5,600 rpm y 350 Nm (ó 258 lb.pie) de torque a las 2,400 vueltas.
La transmisión es una CVT, con modo manual que simula seis velocidades en la versión más equipada. La XT también incorpora el sistema SI-Drive que permite seleccionar uno de tres modos de manejo según los requerimientos del conductor: Intelligent, Sport y Sport Sharp.
Tuvimos oportunidad de manejar la Forester en su versión XSL, la cual equipa el 2.5l atmosférico y, como primeras impresiones, nos quedamos con una respuesta del mismo que destaca por la suavidad con la que entrega la potencia y mueve todo el conjunto, aunque cabe señalar que nos encontrábamos prácticamente a nivel del mar.
Una de las innovaciones principales es, sin duda, el X-mode. Este sistema toma el control del motor, la transmisión, el AWD y sistema de frenos principalmente para sortear caminos difíciles, repartiendo la potencia y supervisando la adherencia en las cuatro ruedas en todo momento. Una de sus funciones es también el control de descenso en pendiente, el cual, una vez activado, nos libra de manipular el pedal del freno y nos deja concentrarnos sólo en el volante cuando se mueve cuesta abajo. Este dispositivo se ofrece de serie en todas sus versiones.
En materia de seguridad tienen bolsas de aire frontales, laterales y de cortina, ABS, EBD, asistente de frenado y el control de estabilidad VDC. Los refuerzos y la estructura del armazón le han valido el reconocimiento Top Safety Pick+ del IIHS en los Estados Unidos. Entre otras novedades se listan un sistema de apertura y cierre de cajuela remoto o desde el portón, sensor de luces, encendido electrónico por botón, acceso sin llave y cámara de reversa.
Los precios, a continuación:
X 349,900 pesos
XS 377,000 pesos
XSL 402,300 pesos
XT 474,000 pesos
En Aston Martin dieron muchas vueltas hasta que culminaron una obra de arte como la del Rapide. Se habló durante años del cuatro puertas de la firma de Gaydon, pero se hizo esperar más de la cuenta. El primer prototipo no lo vimos hasta el Salón del Automóvil de Detroit en 2006, pero tardó casi cuatro años más hasta que el Rapide —nombre que le viene del Lagonda Rapide de principio de los ´60 que empleaba la plataforma y mecánica del DB4— llegó a la calle. Estaba basado en el DB9 y hay que reconocer que hicieron un gran trabajo. Es sin duda el sedán cuatro puertas más bonito y espectacular del mercado y, ni Porsche Panamera ni Maserati Quattroporte pueden hacerle sombra en este sentido.
Pero en Aston Martin necesitaban hacer algunas “reformas” en su Rapide y han aprovechado la coyuntura para incrementar su potencia, sus prestaciones y, por tato, sus sensaciones. Pensando en el mercado norteamericano con duras normativas de seguridad y ante la competencia europea que también está pegando fuerte, la firma británica tenía que mejorar el sistema de colisión contra peatones.
Han rediseñado el frontal ligeramente con algo más de abombamiento en el cofre —que a simple vista casi no se nota— y el motor se ha desplazado 19 mm más abajo, retrasándolo un poco más, de manera que quede más cámara de aire entre ambos elementos y en caso de golpe a la cabeza de un peatón, pues éste sufra los mínimos daños posibles. Además, la parrilla del frontal también se ha recolocado ligeramente, para poder salvar el uso del metal en la misma. Porque de no ser así, hubiesen tenido que emplear el plástico y para Aston Martin eso hubiese sido una aberración. Como nos dijo el director de diseño de la marca Marek Reichman “si algo parece que es aluminio, es que es aluminio; si parece que es fibra de carbono, es que es fibra de carbono. No se simulan materiales nobles con plásticos. En Aston Martin todo es verdadero y auténtico”.
Mecánicamente también sabían que había que mejorar un poco, porque la competencia aprieta fuerte. Así que para el nuevo Rapide S, que es como pasa a denominarse ahora el renovado sedán de la marca, se incrementa la potencia del impresionante V12 de 6 litros de los 477 de su antecesor a los 558 HP… ¡casi nada! Y eso que lo hacen con una mecánica de buen rendimiento pero algo anticuada por su empleo de la inyección de gasolina indirecta, cuando las modernas de inyección directa ofrecen más posibilidades.
Por supuesto que las prestaciones se han mejorado, con 3 décimas en el 0 a 100 km/h y 11 km/h en la velocidad máxima. Aunque quizás donde se haya echado el resto haya sido en la suspensión. El bastidor se ha trabajado a fondo para asimilar el incremento de potencia. No se podían dejar las cosas como estaban, porque aumentar un 15% el rendimiento de una mecánica no es para tomarlo a la ligera. El Rapide S corre más que el Rapide anterior y hay que tomar medidas apropiadas con una amortiguación de control electrónico que permite tres programas de comportamiento: Normal, Sport y Track. Además las estabilizadoras son más gruesas y los elementos de la suspensión más duros, aunque solo lo suficiente para dejarlo bastante cómodo. Esto siempre refiriéndonos a la posición Normal, ya que las Sport y, sobre todo la Track, ya no resultan tan confortables.
Para la vida diaria lo mejor es llevarlo siempre en la posición Normal, ya que la amortiguación pilotada se encarga de comportarse adecuadamente según la conducción que estemos haciendo. Curiosamente no parece un coche que puede llegar a pesar 2.2 ó 2.3 toneladas dependiendo de los cuatro ocupantes. Parece más ligero de lo que es y su comportamiento es de un verdadero deportivo. No es un Vanquish, pero no le anda lejos. La potencia de los frenos también es excelente, aunque nos queda la duda de si se agotarán —algo que no pudimos comprobar en nuestra toma de contacto—; resulta sorprendente que no se ofrezcan ni en opción los frenos cerámicos, que garantizarían una mayor longevidad y aguante.
Otro detalle es que la caja no es de doble embrague, sino automática, acoplada a una propulsión posterior. No es lo más avanzado tecnológicamente pero es muy eficaz. No se echa de menos porque los cambios son muy rápidos y el manejo con las levas tras el volante es perfecto. Llama la atención los robustos controles a modo de teclas en el tablero para seleccionar el modo de programa del cambio. Porque todo en Aston es de máxima calidad y el interior es de una factura impecable. Difícil de igualar y, sobre todo, con una clase que nadie se atreve a discutir. Hasta sentado en las plazas traseras se comprueba que se va en un auto muy especial. Los asientos son como los delanteros, tipo baquet individuales posicionados muy bajos. Se va muy cómodo y personas de hasta 1.95 m pueden ir sin tocar con la cabeza en el techo y las piernas en el respaldo del asiento delantero.
Resumiendo, el Rapide S ha mejorado a su antecesor no solo en potencia y prestaciones, sino en un bastidor mucho mejor puesto a punto. Estéticamente cambian algunos detalles, pero hay que reconocer que una silueta así es muy difícil de mejorar. La elegancia de un Aston Martin cobra su máxima expresión en esta versión de cuatro puertas, cuatro plazas… y con una buena cajuela. Porque el Rapide S demuestra que no hay por qué renunciar a nada.
La versión de acceso de este superdeportivo sin techo incorpora el mismo motor atmosférico 4.2 FSI V8 con sistema de inyección directa de gasolina con el que se estrenó la variante Coupé. Para el R8 Spyder 4.2 FSI se anuncia una potencia de 430 HP y un torque de 429 Nm.
Esta base mecánica, junto a la filosofía de fabricación Audi Space Frame que permite un peso ligero del vehículo, permiten catapultar a esta versión hasta los 299 km/h de velocidad máxima, con una aceleración de 0 a 100 en 4.8 segundos -se reduce levemente la velocidad máxima y la aceleración-. El reparto de pesos entre el eje delantero y el posterior es de un 43/57 por ciento, respectivamente. El consumo mixto en ciclo europeo es de 7.2 kilómetros por litro.
El peso anunciado para el Audi R8 Spyder con cambio manual de seis marchas es de 1.734 kilos, mientras que para la versión con cambio automático R-Tronic también de seis relaciones es de 1.739 kg. Estos datos suponen un incremento de 175 kilogramos en las versiones descapotables respecto a las variantes Coupé.
El techo de lona con sistema electrohidráulico de apertura y pliegue permite que el R8 Spyder 4.2 FSI pueda circular con el cielo por montera en apenas 19 segundos. Esta capota está disponible en tres colores: negro, rojo y marrón. Además de un importante ahorro de peso, la utilización de material textil le añade glamour, elegancia y ciertos tintes clásicos a este descapotable.
En cuanto a la oferta cromática para la carrocería, ésta se compone de las siguientes posibilidades: Ibis Blanco, Rojo Brillante, Gris Suzuka, Marrón Teca, Plata Hielo, Azul Jet, Beige Dorado, Gris Daytona, Azul Sepang, Gris Lava y Negro Phantom.
Al igual que ocurre con el resto de variantes del R8 Spyder, el sistema de tracción integral permanente Quattro se encarga de transmitir la potencia al asfalto. En unas condiciones normales de circulación, la distribución del par motor es de un 15 por ciento para las ruedas delanteras y un 85 por ciento para las traseras. Sólo en casos muy concretos, el tren delantero puede llegar a recibir un 35 por ciento si es necesario. Por otro lado, un bloqueo de diferencial que actúa sobre el eje posterior añade más dinamismo y capacidad de motricidad a este superdeportivo. Asimismo, si queremos experimentar sensaciones aún más extremas, el conductor podrá desconectar por completo el control de estabilidad ESP.
Como la potencia sin control y sin sentido no llevan a buen puerto, el Audi R8 Spyder 4.2 FSI V8 incorpora un potente y eficaz sistema de frenado, compuesto por unos discos ventilados de 365 mm de diámetro para las ruedas delanteras y de 356 mm para las traseras. De serie, los "zapatos" que calza son unos neumáticos de medidas 235/40 R18 delante y 285/35 detrás. Opcionalmente, se pueden elegir rines de aleación de 19 pulgadas. En este caso, también podrá escogerse un sistema de frenado con discos carbocerámicos perforados.
Por último, el Audi R8 4.2 FSI Spyder también incluye un numeroso equipamiento opcional. Entre los elementos más destacados, nos encontramos con un potente sistema de sonido Bang&Olufsen de 450 Watios además del sistema de información, entretenimiento y multimedia MMI con pantalla de 6.5 pulgadas.
Unidad probada
276,300 pesos
NOS GUSTA
NOS GUSTARÍA
INTIMIDADES
La sonrisa permanece discreta así como su trasera redonda y gracil, inconfundible a ojos fanáticos, declara cierto parentesco con un viejo antecesor de apellido Porsche. Las puertas permiten mayor facilidad de acceso, en tanto el poste A pierde el arco por un ligero ángulo que alarga el techo para terminar en una suave caída justo en el poste C, lo que supone mayor rigidez y más espacio interior sin castigar la habitabilidad. Adiós al profundo y quizá desperdiciado tablero.
Las salpicaderas recuerdan en demasía al venerable VW Sedán y esa misma nostalgia es lo que predomina en todo el habitáculo. Las placas decorativas pintadas al mismo tono de la carrocería evocan aquel interior metálico y pragmático de los primeros VW Sedán o Vochos. Existe también una reducida guantera donde apenas cabe un teléfono celular u otro electrónico personal. La cerradura inferior nos confirma una segunda más razonable en espacio. Los relojes también crecen y el tacómetro ahora es más legible a primera vista. Desaparece el termómetro del refrigerante, pero el dial del combustible gana espacio, combinando perfectamente con la pantalla central donde se aprecian las funciones de la computadora de viaje así como del odómetro, alertas de uso y servicio.
Las plazas delanteras son muy cómodas con vestiduras en piel muy agradable y mejor soporte lumbar. El acceso hacia los asientos traseros es fácil y se puede hacer casi en un solo movimiento. Atrás, el espacio es limitado pero suficiente para adultos medianos; ya no se sufre tanto por la caída del tercer poste mientras la cajuela también posee un volumen más utilizable que el de su antecesor. La posición al volante es pronta, con buena visibilidad al frente: sólo los espejos pese su trapezoidal diseño no cubren muy bien los costados, lo que obliga a girar la cabeza con mayor frecuencia de lo esperado. En general, los terminados y materiales son de primera, hay esmero en el armado y las calidades son notables.
Nuestro ejemplar analizado monta el perezoso cinco en línea de 2.5 litros y 170 HP, cuya respuesta al volante no satisface las pretensiones de rapidez de cualquier entusiasta. Para eso figurará el dos litros turbocargado, el cual reseñaremos en su oportunidad. Acoplado a la transmisión automática de seis relaciones, uno podría esperar mejor entendimiento del tren motor en carreteras reviradas o por lo menos un sustancial ahorro de combustible. No ocurre ninguno de los dos supuestos. Así, el dinamismo de este Beetle resulta más cercano al de un coche de paseo o lucimiento personal -una tarea que cumple a la perfección-, que al de un auto ágil o divertido. Ello a pesar de que la caja posee tanto modo Sport -el 2.5 litros siempre gira por arriba de las 2,500 rpm- o el secuencial, que permite cierto dominio del pausado carácter del cinco en línea. Pero no hay temperamento: sólo en vías rápidas, a ritmos de motor por arriba de las 4,000 rpm surge un tanto de brío, lejano a lo que se apreciaba en el antecesor.
Su marcha es firme, gracias a una suspensión casi dura que concede aplomo en autopistas. La puesta a punto de los dos ejes apunta por un talante subvirante evidente, con protección electrónica por cuenta del ESP en caso de exceder un poco el gesto al volante, o en la búsqueda de alguna reacción brusca o inesperada. Ni modo, la electrónica apacigua esos intentos de cualquier manera, porque no existe botón que desactive la vigilancia del andar seguro del Beetle.
Esta versión tampoco cumple las vehemencias por rapidez de cualquier entusiasta de la casa VW: para eso está el GTi, el GLi o quizá la próxima versión turbocargada. Su precio de casi 280 mil pesos no lo vuelve accesible pero el Beetle es un capricho que unos cuantos amantes de esa singular y redonda figura son capaces de pagar por el recuerdo. Una apuesta segura al corazón del vochoadicto.
Datos Oficiales | |
Motor | |
Situación | Delantero transversal |
Nº de cilindros | Cinco en línea |
Bloque / cabeza | Fundición / aluminio |
Distribución | DOHC, 20 válvulas |
Alimentación | Inyección multipunto |
Cilindrada | 2,480 cc / 2.5 l |
Diámetro x carrera | 82.5 x 92.8 mm |
Compresión | 9.5:1 |
Combustible | Gasolina, 87 oct |
Potencia máxima | 170 HP a 5,700 rpm |
Par máximo | 240 Nm (177 lb-pie) |
Transmisión | |
Caja | Automática, 6 velocidades |
Tracción | Delantera |
Embrague | Convertidor de par |
Relación diferencial | 3.88 :1 |
Bastidor | |
Susp. del. | MacPherson c/brazo “L” |
Susp. tras. | Ruedas tiradas |
Elem. elástico | Resortes helicoidales |
Estabilizadora del / tras. | Sí / no |
Frenos del. | Discos ventilados |
Frenos tras. | Discos sólidos |
Asistencias | ABS, ESP, TC |
Dirección | Hidráulica |
Giros / ø volante | 3.0 / 37 cm |
Diámetro de giro | 11.0 m |
Neumáticos | 215/55 R17 94V |
RENDIMIENTOS | |
Vel. máxima | 190 km/h |
Acel. 0-100 km/h | No disponible |
Consumo en ciudad | 9.2 km/l |
Consumo en carretera | 12.2 km/l |
Consumo medio | 10.5 km/l |
Emisiones de CO2 | 171 gr/km |
Nuestras Mediciones
Aceleraciones | |
0-100 km/h | 14.95 s |
0-120 km/h | 21.17 s |
0-140 km/h | 29.95 s |
0-160 km/h | -- |
0-400 m | 19.72 s |
0-1,000 m | 35.76 s |
Rebases | |
20-120 km/h | 18.63 s |
50-120 km/h | 15.51 s |
80-120 km/h | 10.76 s |
Frenadas | |
160-0 km/h | -- |
140-0 km/h | 84.0 m |
120-0 km/h | 61.0 m |
100-0 km/h | 41.6 m |
Los rivales:
Fiat 500
Su clara tendencia retro esta presente en cada detalle y cada borde; la idea traer de vuelta un modelo que tiene 50 años de vida resultó ser la fórmula perfecta para ganar adeptos. Sus carísma, eficiencia, diversión y personalidad, dejan al 500 muy bien plantado para encarar al recién nacido en Puebla.
Precio: | 229,900 pesos |
Motor: | delantero tranversal |
Alimentación: | inyección multipunto |
Cilindrada: | 1,368 CC |
Potencia: | 100 HP |
Torque: | 97 lb-pie |
Rendimiento: | 15.9 KM/l |
Mini Cooper All Black
Sin necesitar mayor presentación, El Mini es sinónimo de personalidad, estilo y desempeño. Quizás sea este pequeño el que más ventaja tenga sobre el Beetle ya que la mezcla entre personalización y motorizaciones parece no tener límites. Si a eso sumamos el manejo por demás exquisito en cualquiera de sus versiones, el Mini es un rival muy serio a vencer.
Precio: | 23,600 dólares |
Motor: | delantero transversal |
Alimentación: | Inyección directa |
Cilindrada: | 1,598 CC |
Potencia: | 120 HP |
Torque: | 118 lb-pie |
Rendimiento: | 17.2 km/l |
Peugeot cambió por completo su imagen en los 80 y 90 de la mano del 205 GTI, un auto que puso en boca de todos los jóvenes (en Europa) a la marca y ahora, con el 208, retoma mejor que nunca este concepto, a 30 años de aquel hatch, pero con mayor carga tecnológica, un diseño carismático y cifras de potencia relevantes para el segmento.
El 208 GTI (que será bueno saber si se comercializará como tal o será RC, recuerden que VW tiene los derechos de GTI en el país) echa mano de un exprimidísimo 1.6 litros turbo que entrega 200 HP. Esos números a cualquiera conquistan, ¿no creen?
Participará en un competido y relativamente nuevo segmento en México en donde se dará con todo contra el Ibiza Cupra (cuando llegue), VW Polo GTI y el próximo a llegar -esperemos- Ford Fiesta ST. No descarten al Mini aunque la versión S se queda abajo (174 HP) y la JCW arriba (211 HP). Sería el más potente de los rivales, con una cifra de aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 7 segundos. Destaca que llegará con caja manual de seis relaciones.
El motor es además una joyita, pues el 100% del par lo tenemos apenas en las 1,700 rpm, una entrega muy plana hasta cerca de las 6,000 rpm por lo que siempre tendremos torque en cualquier relación; esto se permite gracias a un turbo twin scroll y apertura y escape variables.
Sumen además una salida de escape especial para este modelo con un sonido incluso pensado en específico. Suena maravilloso (literalmente).
De cara al 207 RC es más compacto (7 cm), más ligero (90 kg) y más potente (25 HP) y además es 1 segundo más rápido en el 0 a 100 km/h, 1.6 s en el 0 a 1000 m y tiene una velocidad tope superior en 13 km: 230 km/h.
Además tiene mejor consumo (casi 17 km/l). Ojo, no es un deportivo radical, digamos que sigue la línea de los deportivos de hoy en día: muy rápido pero cómodo, para el uso diario (dicen) aunque nos informan que echan mano de suspensiones específicas que están orientadas, principalmente, para carretera o circuito. En general hablan de mayor rigidez, por ejemplo en 10% adelante y 50% atrás (interesante) respecto al 208. Se agregan neumáticos Michelin específicos, 205/45 R17, frenos más poentes y un ESP completamente desconectable.
Por dentro hay pedales en aluminio, volante específico de corte deportivo y costuras en color rojo, mejores asientos con mayor sujección y vamos sentados 1 cm más bajo que el 208 normal.
Estimamos su precio entre los 300 y 330 mil pesos (en Europa cuesta 22,900 euros, al cambio serían alrededor de 370 mil pesos) dependiendo de las versiones o equipamiento a ofrecer y considerando a sus rivales (Ibiza 1.4 de 150 HP en 303 mil pesos, o el Polo GTI en 317 mil), pero ojo, el 208 llegaría, como ya comentamos, con caja manual, por lo que podría ser un poco más barato.
Ah, por cierto, sobre el 208, a México no se sabe cuándo llegará (pero claro que se venderá), en Europa llevan producidas 300,000 unidades y es líder del segmento en Europa en los últimos 3 meses.
En breve partimos rumbo a la famosísima zona de "Col de Turini" en los Alpes franceses, uno de los tramos del famoso Rally de Montecarlo. Una mejor sorpresa, me acaban de decir que tendremos una etapa especial, cerrada, por completo, en esta zona. No se pierdan por la noche el reporte completo de las sensaciones de manejo de este hot-hatch.
“Ladies and gentleman”, ya se está construyendo a mano y a toda velocidad el nuevo Viper en la planta Conner Avenue, la casa de los Viper desde 1995. Y decimos “a toda velocidad” porque de seguro Grupo Chrysler no se dará abasto para producir el que quiere ser el deportivo gringo más deseado.
Sus números, como era de esperarse: impresionantes. Monta un V10 todo de aluminio y ensamblado a mano de 8.4 litros con 640 caballos y 600 lb-pie de torque. Esta última cifra hace que el del Viper sea el motor de serie con aspiración normal más poderoso del mundo. Sus mejoras con respecto a los motores anteriores incluyen un múltiple de admisión más liviano y con un diseño que permite un mejor flujo, pistones forjados de alta resistencia, y nuevos catalizadores.
Los ingenieros de la marca afirman que el chasis viene mejorado en su construcción, ahora es muchísimo más rígido (hasta en un 50%) y es también bastante más ligero (45.5 kilos). A esta reducción de peso ayuda también la carrocería que está fabricada con partes de fibra de carbono y de aluminio.
En lo que respecta a seguridad activa, cuenta con control de estabilidad, control de tracción y un nuevo sistema de frenos ABS de cuatro canales. Las suspensiones también han sido rediseñadas y entre sus novedades están (en la version GTS) los amortigadores Bilstein DampTronic Select, que permiten escoger al piloto entre dos modelos de conducción, uno para calle y otro para pista.
Y aquellos que criticaban el agarre de sus llantas… ahora monta unas P Zero diseñadas específicamente por Perelli en monstruosas medidas 295 para el eje delantero y 355 para el trasero.
Por dentro viene más refinado, los materiales y acabados ya no son plásticosos, por el contrario, son de primera calidad. En la version GTS todas las superficies vienen en piel y tanto la consola como los asientos y las puertas, combinan colores que le dan al habitáculo una sensación muy deportiva.
Destacan los asientos que son Sabelt (los que usa Ferrari en sus autos) de construcción ultraligera fabricados de Kevlar y fibra de vidrio, con enormes soportes laterales. También sobresale la comodidad en la posición de manejo, pues los asientos son más bajos y en total hay 9 centímetros extras para las piernas.
Al centro, el tablero cuenta con una pantalla táctil de 7 pulgadas a color que sirve de panel de instrumentos personalizable. En ella se muestra un tacómetro análogo y un velocímetro digital. También se puede leer toda la información del veículo mediante íconos diseñados para ofrecer una lectura fácil y rápida. El conductor puede cnfigurar la pantalla para que muestre la información como él la quiera.
Y por si fuera poco, sistema Uconnect, estéreo Harman Kardon, radio satelital, control crucer, y launch control, son otras de las agradables sorpresas que tiene el Viper para sus próximos clientes.
SRT también ha pensado en las carreras y se ha aliado con Riley Technologies para desarrollar la version GTS-R que será la que compita en la American Le Mans Series y otras carreras GT.