Adicional a lo publicado hace unos días, ya se conocen pormenores más específicos sobre las dos versiones del i3, que como ya se sabe, una es del todo eléctrica y otra con un motor a gasolina para extender su autonomía.
El propulsor adicional del i3 de rango aumentado va instalado junto al principal en el eje trasero. Se trata de un dos en línea de cuatro válvulas por cilindro con 647 centímetros cúbicos, cuya potencia asciende a los 34 caballos y un torque de 55 Nm, en los dos casos a 4,300 rpm. Esta vertiente se distingue por unas llantas posteriores más anchas (175/70 R19 en lugar de 155/70 R19).
La caja encargada de gestionar al impulsor base (170 hp, 250 Nm) es automática de una sola velocidad, como en otros vehículos de este tipo.
La suspensión es un esquema MacPherson adelante y de cinco brazos de apoyo atrás. El peso vacío de un i3 varía entre los 1,195 y 1,315 kilos. La masa también afecta las prestaciones pues el primero acelera de 0 a 100 km/h en 7.2 segundos y el segundo (eléctrico + gasolina) en 7.9. La velocidad máxima en ambos es de 150 km/h.
De acuerdo a las condiciones y el modo de manejo elegido (desde Comfort hasta ECO PRO), el i3 del todo eléctrico puede alcanzar de 130 a 200 kilómetros con una carga. Su versión con el asistente alimentado por combustible va de 240 a 340 km.
Lógicamente, es casi idéntico a su primo hermano, el también recién debutado Toyota GT86, aunque en el caso del Subaru se presenta un conjunto algo más agresivo y deportivo a la vista. Lo primero que llama la atención son las proporciones, con apenas 130 cm de alto pero casi 180 de ancho; tiene 424 de longitud total.
La escasa altura aunado a lo bajo que se ubica el motor bóxer en el bastidor, le permiten al BRZ ofrecer, según la marca, un centro de gravedad incluso más bajo que un Ferrari 458 Italia. Sumando esto a un peso de apenas 1,222 kg, a una rigidez estructural muy elevada por el empleo de aceros de ultra alta resistencia y a la tracción trasera, el resultado frente al volante debería de ser sencillamente sublime.
El motor es un 2.0 litros atmosférico de cuatro cilindros que entrega 200 HP y poco más de 150 lb-pie de par motor, y capaz de girar hasta las 7,500 vueltas. lo curioso de este motor es que tiene tanto inyección directa como indirecta, gracias a que tiene dos inyectores por cilindro. Esta tecnología proviene de Toyota y lleva por denominación D-4S. El BRZ estará disponible con dos opciones de transmisión; manual o automática convencional de convertidor de par. Ambas tienen seis velocidades.
Otro elemento que seguramente colabora para que el manejo sea preciso es el esquema de suspensión, ya que mientras en la parte frontal lleva un muy tradicional MacPherson, en la parte posterior lleva un arreglo de doble triángulo.
El BRZ no es deportivo de altos vuelos, ni siquiera uno muy potente. Pero esa es justamente su intención, su encanto, ya que desde el Nissan 240Z no existe en el mercado un coupé de bajo peso, tracción trasera y manejo preciso que no sea ultra caro o muy exclusivo, y esta dupla de Subaru y Toyota le devolverá justo eso al mercado. Bienvenidos.
La familia Prius crece y ahora es el turno del hermano mayor en cuanto a tamaño, el Prius+, una denominación un tanto confusa ya que para algunos será “más” o para otros “plus”. Nace para satisfacer una carencia criticada por los usuarios de monovolumen, el consumo, que con sus 4.3 litros de media, marca el tope por abajo, al menos de momento –lo más eficiente que conocemos en estos momentos es el 1.6 dCi del Renault Grand Scénic con 130 hp y 4.4 litros de media-.
Pero también nace para dar servicio a los que quieren filosofía Prius pero necesitan más espacio, es decir, una mezcla entre Prius y monovolumen. El frontal es una evolución del híbrido que conocemos con ópticas ahora más alargadas. También evolucionan las ópticas traseras, ahora asociadas a un abrupto corte de la zaga, como es obligatorio en modelos de este tipo para aprovechar al máximo el espacio. Lógicamente el coche es más grande frente al modelo del que deriva (155 mm de largo, 30 mm de ancho y 85 mm de alto) y por lo tanto en cota de altura para la segunda fila de asientos (+45 mm), donde además, los tres asientos de nuestra unidad de pruebas van en niveles, los ocupantes de cada fila van 45 milímetros por encima de la fila precedente. También frente al Prius convencional aporta mayor cajuela si circulamos con cinco asientos ocupados -505 litros frente a 446-, pero sobre todo gracias a una tapa que nos da acceso a un segundo fondo más profundo.
El volante es de Prius, al igual que el pomo de la palanca ahora en posición más vertical, pero la consola central y el tablero evolucionan y mucho. Mayor ergonomía para la mano derecha del conductor e información sobre funcionamiento híbrido ahora mucho más integrado verticalmente en la consola central, no tan lejano, en otro plano, como estaba antes. Tenemos la sensación de contar con algo más de altura hasta el techo. Y ya que estamos en las plazas delanteras, entre ellas se ubican los 34 kilos de baterías de iones de litio –ocho kilos menos que las de níquel-metal-hidruro del modelo normal- necesarias para que este Prius monovolumen pueda también recorrer un par de kilómetros en modo eléctrico.
Nos ponemos en marcha. Arranque por botón en una posición más accesible visualmente, quitamos el freno de pie y comenzamos a andar en un modo eléctrico que podemos forzar nosotros durante los dos primeros kilómetros tocando el botón EV. Justo debajo está el botón del modo eficiente o Eco y por debajo queda la del modo Power, por si demandamos mayores prestaciones que irán ineludiblemente unidas al ruidoso cambio CVT.
Dicen que se han acortado desarrollos frente al Prius normal para poder equilibrar el sobrepeso de 80 kilos para el Prius+. El coche va plano, muy plano, demasiado plano... Nos preguntamos el porqué y nos informan de que lleva un sistema antibalanceo que busca que la carrocería esté siempre en la posición más horizontal posible, incluidas zonas de baches o de imperfecciones en el asfalto –también se han retocado suspensiones, que no esquemas, sobre todo en el eje trasero-. Pero es innegable que resulta confortable aunque algo perezoso de reacciones –quizás hemos probado demasiados Toyota distintos a la vez en la misma jornada- pero cumplidor para la tipología de vehículo que es, el primer monovolumen híbrido.