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Velorex: el rey de la velocidad

En la devastada Checoslovaquia de la posguerra había una necesidad inherente de transporte, pero la industria estaba prácticamente reducida a cenizas, por lo que la posibilidad de un automóvil nuevo era nula. Así, la gente comenzó a construir medios de transporte con lo que tenía a la mano. El Velorex nace de uno de estos esfuerzos. Los hermanos, Frantiek y Mojmír Stránsky, propietarios de un taller de reparación de bicicletas en la villa de Parník, comenzaron a diseñar en 1936 un vehículo de tres ruedas inspirado en el triciclo de Morgan. La guerra y la difícil situación económica de la zona retrasó mucho el proyecto, pero por fin, en 1943 construyen el primer prototipo basado en una estructura tubular cubierta con paneles de metal y muchas piezas de bicicleta. Le llaman al auto Oskar, que traducido quiere decir algo así como “auto en estructura”, por su complejo esqueleto.

En 1945 los Stránsky construyen los primeros 12 ejemplares de “producción”, con la estructura tubular ya bien definida, igual a la que usarían los modelos de serie. Sin embargo, un cambio muy importante fue la sustitución de los páneles de metal de la carrocería por un material llamado Igelit, que era una especie de piel curtida muy resistente, que se anclaba a la estructura tubular por medio de broches giratorios. El toldo era de lona, y la mecánica era de motocicleta. Las ruedas y rines eran piezas de motocicleta modificadas, y muchas otras partes provenían también del mundo de las dos ruedas.

 

Gracias a su naturaleza más cercana a una moto que a un auto, el Oskar podía ser manejado con una licencia de moto, lo que cortaba muchos impuestos al momento de su adquisición y disminuía todavía más su bajísimo precio, prácticamente un tercio de lo que costaba un automóvil económico en Checoslovaquia. La ausencia casi total de materiales duros le confería un peso de apenas 205 kilos, por lo que aún con el pequeño motor Jawa de 350 cc y 16 HP el auto se movía con relativa soltura, alcanzando una velocidad máxima de hasta 60 kilómetros por hora. 

Otra innovación del Velorex, y tal vez la más relevante, se dio en el ámbito social. Dado que la producción de estos autos era aún difícil debido a la escasez de materiales y materias primas, la lista de espera para adquirir uno era de hasta año y medio. Sin embargo, los hermanos Stránsky daban prioridad de compra a las personas discapacitadas, e incluso desarrollaron dispositivos que permitían manejar el auto sólo con las manos. Esto le dio al Oskar y a la compañía renombre en toda Europa y pronto mucha gente que antes no hubiera soñado siquiera con poder movilizarse tenía un medio de transporte barato y adaptado a sus necesidades.

 

A pesar de sus obvias desventajas –manejar uno en invierno era una tortura- el Velorex fue excelentemente bien recibido y para 1950 la producción tuvo que moverse a un taller más grande y dedicado exclusivamente a la producción del triciclo para satisfacer la demanda. La labor social del Oskar no pasó desapercibida para el gobierno checo, que apoyó económicamente la nueva fábrica en Solnice.

En los años venideros la producción creció casi exponencialmente, pasando de 120 unidades fabricadas en todo 1951, a 40 cada mes de 1954. Sin embargo, este año la tragedia golpea a la compañía cuando Frantiek, uno de los dos hermanos fundadores, muere durante un choque probando un prototipo. Un año más tarde, el otro hermano, Mojmír, se niega a afiliarse al Partido Comunista gobernante y es prácticamente echado de su propia compañía, de la cual toma control el
gobierno checo.

 

Si bien este cambio podría parecer como el fin de Velorex, el gobierno de Checoslovaquia continuó con la producción del Oskar en una nueva factoría, e incluso modernizó un poco el automóvil y lo hizo más usable con un motor ligeramente más grande también de origen Jawa. Increíblemente, el Velorex se siguió construyendo y vendiendo sin cambios en su esencia básica hasta 1971, cuando la compañía quiso construir un auto de cuatro ruedas lo más básico posible, que fue un fracaso rotundo. Se produjeron alrededor de 15 mil unidades del Oskar a lo largo de las casi cuatro décadas que estuvo a producción.

La compañía Velorex sobrevive hoy como un fabricante de partes y sidecars para motos, pero ganó verdadero reconocimiento gracias al pequeño tres ruedas que ayudó a movilizar a la población del otro lado de la cortina de hierro en sus más álgidos tiempos.

Publicado el 06/03/2013 03:15