El Renault Twizy es de esos coches que con el paso del tiempo parece ganar adeptos a pesar de sus limitaciones en cuanto a volumen interior y a su escasa autonomía eléctrica. Precisamente en el primer aspecto es donde más adolece, ya que sus compactas dimensiones no dan lugar a mucha amplitud.
En el modelo de serie, se cuenta con solo 31 litros detrás de la plaza posterior, y el único acceso está en una tapa situada en el respaldo del asiento, en el propio habitáculo. En el Renault Twizy Cargo se pone a disposición del cliente profesional una cajuela independiente de 180 litros, una capacidad de carga de 75 kilogramos y un portón exterior de apertura de 90º.
El Twizy Cargo estará a la venta en Europa a partir del final del verano tanto en las versiones 45 y 80 (que varían en su potencia y velocidad máxima). Los principales destinatarios, según Renault, son ‘empresas dedicadas al reparto urbano, de servicio técnico o vigilancia’.
Con esta nueva variante, el Twizy cumple con una de sus carencias, la de la funcionalidad, aunque sea en detrimento de perder uno de sus puestos.
Antes de comenzar a hablar de la mecánica, es importante destacar el kit aerodinámico que monta el Twizy RS F1: alerón delantero al estilo de los Fórmula 1, faldones laterales, retrovisores exteriores específicos, alerón trasero de grandes dimensiones y difusor trasero con luz central integrada. Todo el sistema de luces corre a cargo de la tecnología LED, mientras que el contacto con el asfalto corre a cuenta de neumáticos ‘slicks’.
Sin duda alguna lo más llamativo del Renault Twizy RS F1 Concept es el KERS integrado justo detrás del asiento delantero, el mismo que montan los monoplazas de Fórmula 1. Para los que no conozcan este sistema, el ‘Kinetic Energy Recovery System’, o Sistema de Recuperación de Energía Cinética, recupera la energía que se genera en las frenadas y desaceleraciones, la almacena en unas baterías propias y la pone a disposición del conductor. De esta manera, y con sólo oprimir un botón, los pilotos de F1 disponen durante unos segundos de hp extras de potencia.
En el caso del Renault Twizy RS F1, este KERS se conforma como un motor-generador eléctrico –aparte del principal de 17 hp que lo propulsa–, con sus propias baterías de ión-litio, que permite disponer de 81 hp adicionales durante 13 segundos. Es decir, se multiplica por seis la potencia disponible, permitiéndole realizar un ‘sprint’ de 0 a 100 km/h en 6 segundos, prestaciones explosivas en un vehículo que, cabe recordar, cuenta con un peso poco más de 500 kilos.
Desde el volante de tipo F1, procedente del Departamento de Carreras de Renault Sport Technologies, el conductor acciona el KERS presionando las dos palancas situadas detrás. Además, podrá regular tanto la potencia que se recupera de las frenadas, desaceleraciones y del propio motor eléctrico principal –modo ‘Recovery’– en cuatro posiciones, como la potencia adicional –modo ‘Boost’–, entre 13 y 81 hp extras, en seis posiciones. Además, una vez que se acciona el KERS, la luz situada encima del difusor trasero se enciende.
Mientras que el motor principal del Twizy llega hasta las 10,000 rpm, el motor generador del KERS empuja hasta un régimen de 36,000 rpm. De esta manera, y con todo lo visto antes, la velocidad máxima sube hasta los 110 km/h, frente a los 80 km/h del Twizy convencional. Además, el Twizy RS F1 cuenta con un sistema de obtención de datos propio y un sistema de registro ‘RS Monitor’, desde el que se podrán comprobar en tiempo real los datos registrados de aceleración, el KERS, el nivel de las baterías, etc.
El Renault Twizy RS F1 Concept es fruto de la colaboración de Renault Sport F1 y Renault Sport Technologies, quienes asumieron el reto de llevar las ventajas de las pistas a los modelos de producción en serie, por lo que podemos considerar a este Twizy como un pionero.
Ibiza pretendía ser el escaparate idóneo para nuestra primera toma de contacto con el nuevo Renault Twizy. Un lugar especial en España para un vehículo igualmente especial. Lo primero de todo y antes de entrar en materia, cabe aclarar que el Twizy no es un coche propiamente dicho, sino un cuadriciclo; así se nos ha vendido en la presentación internacional. Podríamos situarlo más cerca incluso de una scooter, a quien pretende sustituir, antes que de cualquier coche. Eso sí, con cuatro ruedas, pedales y volante.
Porque el Renault Twizy es más grande que un scooter pero más pequeño que, por ejemplo, un Smart. Mide 2.3 metros de largo, 1.2 m de ancho y 1.4 m de alto. Con estas dimensiones, queda bastante claro cuál es su territorio: la ciudad. A esto habrá que sumarle su mecánica eléctrica, un diseño innovador y una capacidad de personalización muy amplia: “un Twizy para cada uno”, nos dicen en Renault.
Situarlo en un segmento concreto es casi imposible, ya que estamos hablando de un concepto completamente nuevo, e identificar a su público objetivo es igualmente complicado por unas características que vamos a tratar de desengranar a continuación. Sí es posible, no obstante, hacer una aproximación a quién podría estar destinado el Twizy. Es verdad que entender este cuadriciclo urbano eléctrico es una ardua tarea en un primer momento, pero a medida que vamos sumando kilómetros y lo probamos en diferentes escenarios es más fácil comprenderlo.
Conozcamos la gama. En primer lugar, tenemos el Twizy 45: éste tiene una potencia de 9 HP y un par motor de 3.3 kg-m que, al tratarse de un motor eléctrico, se entrega instantáneamente –aunque bien es cierto que sí notamos cierto ‘retraso’ desde parado al pisar el acelerador–. Esta versión de acceso tiene una velocidad limitada a 45 km/h y podrá ser conducido a partir de los 15 años en Europa con la licencia de ciclomotor. Es, sin duda, el perfecto sustituto del scooter: un tamaño igualmente pequeño, más seguro, de precio reducido (es el más barato de la gama Twizy: 4,917 euros, más o menos 84,000 pesos), y con un radio de giro de 3.4 metros, perfecto para la ciudad y para estacionar en casi cualquier sitio –a excepción de la acera, en donde sale perdiendo nuestro Twizy respecto al scooter–.
La segunda versión se conoce como Twizy, a secas, y posee las mismas características que el Twizy 45 salvo los siguientes aspectos: su potencia es de 17 HP, el par de 5.8 kg-m y puede alcanzar una velocidad de 100 km/h, aunque limitada a 85 km/h aproximadamente. En Europa se puede conducir con la licencia para auto.
Antes de entrar a valorar las sensaciones al volante, hay que destacar otros aspectos. La batería de ión-litio, de 6.1 kWh de capacidad, se esconde debajo del asiento del conductor –el motor va en posición trasera central–, y homologa 100 kilómetros de autonomía eléctrica libre de emisiones. Sin embargo, la autonomía real oscila entre los 70-80 kilómetros, y si ya hacemos una conducción más dinámica los datos se reducen a un intervalo de 55-65 kilómetros de autonomía.
La batería se recarga en una toma doméstica normal de 220 V en un tiempo total de tres horas y media. El enchufe se esconde debajo del logo frontal de Renault.
Una de las mejores –y sorprendentes– impresiones que nos hemos llevado muchos periodistas que probamos el Twizy en Ibiza ha sido la conducción, y eso que tuvimos los peores aliados posibles: lluvia, viento y frío. Resulta complicado entenderlo cuando estamos hablando de un cuadriciclo que no lleva ni ventanas, ni ABS, ni dirección asistida, ni ayudas a la conducción. Porque el Renault Twizy, aunque suene a redundancia, hay que conducirlo.
Su uso no está pensado para sacarle el máximo partido en autopistas o carreteras convencionales. Su territorio es la ciudad, sobre todo porque está limitado por la autonomía eléctrica y a las condiciones del tiempo. A pesar de tanto inconveniente, la conducción al volante no resulta desagradable, no se inclina y la entrega de par es casi instantánea. Mención especial merece el duro pedal del freno, al que uno –como a todo– se acaba acostumbrando. Eso sí, sin perder nunca el respeto al ejercer presión, ya que no hay que olvidar nunca que no tenemos ABS.
Algunos lo llamaban un “híbrido entre un kart y un coche de golf”, otros simplemente un scooter de cuatro ruedas, y a otros les recordaba a la C1 de BMW, al menos en diseño. Sin duda el bajo centro de gravedad, favorecido por la posición de las baterías, y los cuatro frenos de disco ayudan a lograr estas sensaciones.
Una de las particularidades que trae consigo el diseño del Twizy son las ‘puertas’ –o mejor dicho pseudopuertas–, que se abren en forma de ala de gaviota, al más puro estilo Lamborghini Murciélago. Y hablamos de pseudopuertas porque por no tener, no tienen ni ventanillas. Renault lo argumenta por una decisión de homologaciones y por el hecho de que, en caso de colisión lateral, las ventanas estarían demasiado cerca de la cabeza del conductor, con el riesgo que conlleva. Las echábamos de menos, a pesar de ese riesgo, ya que el frío se colaba en el interior sin oposición y aunque la lluvia a media-alta velocidad no afectaba a la posición del conductor, el asiento trasero sí que recibió ‘peor trato’.
Estas puertas –opcionales por 590 euros extras– están integradas en una especie de célula protectora y arquitectura abierta. Aporta más seguridad que un scooter: de hecho, no es necesario ni casco ni ropa de abrigo –cuando no haga frío–. Tiene además airbag delantero y cinturones de seguridad de cuatro puntos delante y tres detrás. En su interior nos encontramos con dos plazas 1+1 y diferentes espacios a modo portaobjetos. Aquí es donde empezamos a encontrarnos con algunos de los inconvenientes del Twizy. El acceso al asiento trasero es complicado, mientras que delante cuesta adaptarse al asiento, aunque sí ofrece buena sujeción lateral.
En cuanto al espacio disponible para objetos, tenemos dos guanteras en el tablero –una de ellas con cerradura– con una capacidad total de 8.3 litros, mientras que detrás del respaldo del asiento trasero hayamos un espacio un poco más amplio, hasta 31 litros.
La oferta del Twizy se centra en tres acabados distintos: ‘Urban’, de acceso a la gama; ‘Color’, con un diseño más colorista; y ‘Technic’, el más elegante. A partir de estos acabados es posible personalizar el Twizy a nuestro antojo, entrando dentro de cada uno de ellos diferentes diseños de llantas y de decoraciones.
Llegados a este punto, nos preguntamos, ¿quién sería el conductor idóneo para el Twizy? Todo apunta a un público joven, adolescente a partir de los 15 años en el caso del Twizy 45, y para un uso eminentemente urbano. Quizás sea la solución para los padres que, preocupados por los deseos de sus hijos de comprarse una moto, duerman tranquilos. Quizás sea idóneo para ir a buscar el pan, hacer la compra, ir al trabajo, o moverse por urbanizaciones o por espacios rurales entre pueblos. Renault todavía no tiene focalizado su público objetivo para el Twizy, pero los caminos apuntan a éstos.
Una apuesta valiente sin duda alguna, un diseño innovador y que rompe con lo visto anteriormente.
Comenzando el próximo mes de septiembre, la francesa Renault lanzará una nueva campaña publicitaria centrada en las ventajas de sus modelos eléctricos (Kangoo, Fluence, Twizy, Zoe y Twingo). La gala ha admitido que efectuará comparativas entre los autos de combustión interna y los eléctricos para así dar a conocer al mercado que la tecnología eléctrica ya juega un papel muy importante en la vida diaria del consumidor.
La gama de comerciales televisivos saldrán al aire a nivel global como parte de una de las campañas más grandes que se han efectuado este año. Adicionalmente, Renault abrirá diversos puntos de contacto como redes sociales incluyendo Youtube y Facebook.
Mercedes tendrá en el Viejo Continente una Kangoo pero con la estrelLa en la parrilla conocida como Citan. Ahora es el turno de Renault de sacar provecho de la alianza que tiene con Daimler.
Hace poco se rumoraba que los del rombo iban a desarrollar un micro city car basado en el Smart Fortwo, pero según varios medios franceses esta idea quedó en la nada, principalmente para mezclarlo con las intenciones eléctricas del Twizy.
Por lo tanto, el modelo con base Daimler que tendrá Renault será un compacto para cuatro pasajeros que tomará la idea prestada del próximo Forfour. Ambos modelos estarían listos en 2014.
El producto de Renault se ubicaría por debajo del Twingo, pero tendría similitudes estéticas con el compacto y también podría heredar detalles del nuevo Clio.
(Fuente: L'automobile)