No creemos que se traten de autos que hayan sido importados por particulares puesto que los rumores de que ambas marcas incursionen son cada vez más fuertes.
En el caso de Lexus, la división de lujo de Toyota, el mismo corporativo de la marca en recientes conferencias de prensa ha dicho que la llegada de Lexus es un hecho, que incluso el proyecto ha sido autorizado desde los headquarters en Japón, y que sólo están esperando “el momento más oportuno” para comenzar actividades. El ejemplar de las fotos, que por cierto trae una placa de demostración, corresponde a la versión deportiva F del sedán mediano IS. Monta un V8 5.0 de 423 hp y una transmisión automática de 8 velocidades. Es un auto que se posicionaría al nivel de un BMW M3, por ejemplo.
En lo que respecta a Hyundai, todavía hay mucha incertidumbre. Si bien en nuestro país se venden tres de sus modelos licenciados bajo la marca Dodge (Atos, i10 y Attitude) suena poco probable que llegara como una marca independiente a un mercado emergente sin los modelos que seguro serían los fuertes de la gama. Lo que es un hecho es que el ejemplar de la foto es un Elantra y que estaría rivalizando con autos como el Ford Focus o Toyota Corolla. Otros de los modelos que se dice que llegarían serían el hatch-back deportivo Veloster (del cual también hay fotos espías tomadas en las afueras del Distrito Federal) y el elegante coupé Genesis. Esperemos a ver qué sucede.
Si 662 caballos de fuerza te parecen poca cosa, Shelby añade una polea más pequeña al supercargador y realiza una reprogramación a la computadora del motor para que rinda 750 hp.
Pero si quieres algo más rabioso, el V8 recibe un supercargor de cuatro litros, sistema de escape Borla, gestión electronica específica, y con ello se logran 850 caballos de fuerza.
Para controlar este salvaje poder, añade un sistema de refrigeración más eficiente, elementos estructurales en el bastidor, barras estabilizadoras de mayor grosor, amortiguadores y resortes de alto desempeño, así como frenos de disco ventilados y ranurados con pinzas de seis pistones para ambos ejes.
Dentro del equipamiento, destacan los rines de aluminio forjado de veinte pulgadas, cofre con una toma de aire especial, labio inferior de fibra de carbón en la fascia frontal, difusor de aire posterior, salidas de escape cromadas, asientos Recaro, placa firmada por Carroll Shelby montada en la consola central, así como medidores de presión de aceite, combustible y soplado del supercargador, cortesía de Auto Meter.
Los paquetes van desde los 30 hasta los 40 mil dólares, adicionales al precio del GT500 base. Un capricho que hace suspirar a los fanáticos de los ‘muscle cars’.
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El S63 AMG montaba, hasta el modelo 2010, un V8 de 6.2 litros y 525 HP, pero ahora recibe el nuevo bloque V8 desarrollado por AMG. Este motor anunciaba 571 HP y 664 lb-ft de torque, pero en el S63 se ha "limitado" a 544 caballos de fuerza a 5,500 rpm y 590 lb-ft de torque entre 2,000 y 4,500 vueltas.
La transmisión es la SPEEDSHIFT MCT-7 AMG, que ha pesar de no ser totalmente nueva, se ha actualizado para aprovechar mejor la nueva dosis de potencia y torque, que va a las ruedas traseras.
El consumo del S63 AMG 2011 es menor que en los modelos anteriores. Gracias al sistema Start&Stop (inédito en este modelo) y a la inyección directa, junto a algunas mejoras aerodinámicas, homologa 9.3 km/l en ciclo mixto (antes daba 7.6 km/l). Para un carro de este tamaño y prestaciones, es bastante bueno.
La aceleración de 0 a 100 km/h mejora en 0.1 segundos, haciéndolo en 4.5 segundos. La velocidad máxima sigue limitada a 250 km/h. Sin embargo, Mercedes da la opción de aumentar las prestaciones con el Performance Package.
Este paquete mejora diversos parámetros del S63, empezando por el motor, que exprime los 571 HP y 664 lb-ft que AMG le dio en un principio. De esta forma, la aceleración rebaja otro 0.1 segundos la aceleración del 0-100 km/h, llegando a 4.4 segundos. El limitador de velocidad ahora se sitúa en los 298 km/h. Aunque los frenos AMG son muy potentes, se ofrecen como opción los carboncerámicos.
Otros cambios que llegan al S63 AMG 2011 son los nuevos rines AMG y los tubos de escape. Por supuesto, los nuevos faros y parachoques provenientes del facelift a los Clase S estarán presentes. Por supuesto, lleva una placa al costado con las letras "V8 biturbo" para identificar de cuál S63 se trata.
El nuevo S63 AMG 2011 empezará a venderse a partir de octubre y será develado en el Autoshow de París. El precio para USA no ha sido anunciado, pero mientras ahorras para comprártelo, puedes disfrutar de la fotogalería y video del carro.
El Cayman S Black Edition está impulsado por un motor Boxer de seis cilindros de 3.4 litros, con una potencia aumentada en 10 hp a 330 hp a 7,400 rpm (200 rpm adicionales). El par máximo sigue siendo de 370 Nm a 4,750 rpm.
Los tiempos de aceleración de cero a 100 km/h son de 5.1 segundos con la transmisión manual de seis velocidades y 5 segundos con el sistema opcional Porsche Doppelkupplungsgetriebe (PDK), respectivamente. Con el Launch Control activado (disponible en el paquete Sport Chrono) la velocidad máxima del Cayman S Black Edition es dos kilómetros por hora mayor que la del Cayman S: 279 km/h con la transmisión manual y 277 km/h con el sistema PDK, respectivamente.
Esta versión no sólo tiene mayor agilidad deportiva en términos de su dinámica longitudinal, sino también en la dinámica lateral. Esto se atribuye a las ruedas del Boxster Spyder que con un diámetro de 19 pulgadas y llantas con medidas 235/35 ZR 19s en el eje delantero y 265/35 ZR 19s en el eje trasero.
También satisface los gustos de los más exigentes. Por ejemplo, los faros delanteros Bi-Xenon con iluminación en curva de regulación dinámica y faros de LED para el día son parte del equipamiento básico, al igual que los espejos interiores y exteriores fotocromáticos con sensor de lluvia integrado. Los asientos delanteros son negros en piel, con el emblema de Porsche en las cabeceras. El control del clima garantiza una temperatura confortable en el habitáculo y su volante Sport Design hará del manejo a velocidad constante una experiencia más confortable.
En esta edición limitada se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. El borde del tablero de instrumentos es negro, al igual que el marco de la palanca y el selector de cambios asi como los indicadores de instrumentos del conjunto. En las puertas se ha grabado el nombre "Black Edition" en acero inoxidable y la tapa de la guantera lleva una placa de edición limitada. El Cayman S Black Edition tiene equipos de información y entretenimiento Sound Package Plus, controlados mediante el sistema Porsche Communication Management (PCM) que incluye un módulo de navegación e interfaz de audio universal (AUX, USB, iPod). La integración de telefonía móvil ya está habilitada. En general, el Cayman S Black Edition incluye los paquetes Porsche Comfort, Infotainment y Design, y ofrece una reducción de precio realmente conveniente.
Este viaje para realizar la prueba extrema de la Volkswagen Amarok, el test mas duro y exigente de todos los que haya hecho Automóvil Panamericano a lo largo de los 17 años de su existencia, supone unos de esos instantes inolvidables. No por la prueba en sí, que también, sino por lo que quienes hemos tenido la oportunidad de formar parte de ella hemos podido vivir.
No resulta una actividad común navegar por un río, el Mackencie, y aparecer en el Océano Glaciar Ártico. Menos lo es todavía si se decide tomar una ruta de hielo por encima del río y llegar hasta este océano, que por estas latitudes se llama Mar de Beaufort. La experiencia de rodar por las carreteras de hielo oceánicas es única: algo parecido a volar sin alas. Miedo, adrenalina, todos los sentidos alertados por ver que pasa. Y no ocurre nada, simplemente vas. No pasa nada. Sabes que si el hielo se rompe tu muerte se produce en un par de minutos. Pero eso no ocurre nunca, casi nunca. Las carreteras de hielo están diseñadas y construidas con mucha más ciencia y destreza de lo que nunca una persona que viva entre los paralelos 50 norte y sur, en latitudes normales, pueda imaginar. Nunca se puede imaginar “navegar” con un auto. Y si navegar es surcar ríos y mares, podemos decir que hemos navegado con un auto. La primera parada sobre el hielo aclara todas las dudas. El grosor que tiene la placa puede medir desde uno hasta seis metros. Nada que temer. Pero debajo de ti hay peces.
En esta ambiente y con una temperatura media de 25 grados centígrados bajo cero y un viento a velocidad indeterminada, pero muy fuerte, la vida aquí se hace extremadamente dura. No sólo para las personas, también para los autos, que tardan más o menos una hora en alcanzar una buena temperatura de trabajo, el aceite está muy denso, los líquidos a esa temperatura ambiente. Y la Amarok sigue viva y todo hace indicar que no se va a rendir nunca. Es una roca. Un auto que no ha dado ni un solo problema en esta larga travesía de América del Norte. Y ha tenido motivos para quejarse de varias cosas. Hoy hemos detectado un ruido cuando la suspensión trasera se comprime. Las ruedas iban cargadas de hielo por el interior del rin (ese peso añadido es pésimo para el funcionamiento del auto, ya que se trata de masa no suspendida y afecta de forma notable al rendimiento de suspensiones) las hemos limpiado y parece que ya ha desaparecido o al menos mitigado. Los consumos también nos están dejando muy sorprendidos. Con la resistencia añadida que suponen las llantas para nieve y la propia nieve, estamos consiguiendo medias de 9 km/litro. Muy bien. No tanto el precio del diesel por estas zonas: 1.7 dólares canadienses (22 pesos).
Estamos en el ecuador del viaje. Hemos llegado a la punta norte de América. Más arriba, sólo el mar. Ya no hay asentamientos humanos. Queda regresar. Ahora rumbo sur para concluir en 15 días en Cancún. Viva el mundo, viva la vida.
Lo primero que salta a la vista es que las formas ultraredondas del modelo anterior han quedado en el olvido, dando lugar a un diseño que, si bien deja claro que se trata de un Beetle, tiene una apariencia bastante moderna. Las líneas son mucho más cuadradas, lo que le da una apariencia más deportiva que sin duda busca aumentar el público masculino del Beetle.
Una de las consignas para diseñar este auto fue inspirarse en el original sin hacerlo un coche retro, sin duda una tarea difícil para cualquier marca y más cuando se trata de un auto tan icónico en el mundo. Así que ahora tenemos un Beetle con un techo más plano, más ancho y con un cofre más largo que lo convierten en un auto nuevo y diferente que mantiene el carisma que hizo tan popular al Beetle en el mundo. Además corrigieron dos de las mayores críticas del modelo pasado, la cajuela, que con 310 litros de capacidad ya tiene espacio suficiente para cuatro maletas medianas; además, la caida del poste C ahora es menos pronunciada, lo cual reditúa en un mayor espacio para la cabeza en la parte posterior.
Ensamblado en la planta de Volkswagen en Puebla, México, el Beetle carga sobre sus hombros la filosofía que la marca busca imponer a sus autos en el siglo XXI: causar emociones. Porque es un coche que llama la atención, no sólo por ser el nuevo Beetle –que se nota-, sino porque tiene un cierto sabor a chop top gracias a que la cintura es elevada y las ventanas no son muy altas, lo que crea la ilusión de ser auto con los postes recortados.
Además de doce colores para la carrocería –que se pueden mantener o combinar con el tablero y las tapas de las puertas- hay muchas opciones de personalización, pero la que más destaca es la posibilidad de elegir el nombre de la placa: Kafer, Bug, Escarabajo, Coccinelle, Fusca, Maggiolino y, por supuesto, Vocho.
Los interiores son amplios y con un diseño moderno, aunque podrían haber utilizado plásticos más suaves en puertas y tablero para lograr una mejor sensación en el habitáculo. Adentro encontramos varios claros homenajes al Vocho, como un tablero plano con una pequeña guantera en la parte superior (además de una más amplia un poco más abajo) y las clásicas agarraderas de goma en el poste B. Eso sí, el techo panorámico de la versión más equipada crea un ambiente completamente diferente al que tenía el Vocho.
En cuanto a motorizaciones hay seis opciones; cuatro de gasolina de 1.2 hasta 2.5 litros y dos diesel de 1.6 y 2.0 litros. A México sólo llegarán dos propulsores de gasolina, un 2.5 litros de aspiración natural y un 2.0 litros turbocargado. Habrá tres versiones diferentes, la de entrada se llama simplemente Beetle, lleva un motor cinco cilindros de 2.5 litros con 170 hp y transmisión manual de 6 velocidades. Le sigue el Sport, cuyas diferencias son meramente estéticas, a excepción de la transmisión, pues tiene la opción de montar la caja Tiptronic. El tope de gama es el Beetle Turbo, con un propulsor 2.0 litros de 200 hp y transmisión manual o DSG. Los precios van de 239 a 390 mil pesos y el Volkswagen Beetle comenzará a venderse en México a finales de julio o principios de agosto.
AMG es el preparador de casa de Mercedes-Benz, creador de los autos más salvajes y veloces de la firma de la estrella, como el SL65 AMG Black Series o el más reciente C63 AMG, pero su radio de acción no se limita ‘simplemente’ a mejorar lo existente, también se encargan de desarrollar nuevas tecnologías.
La empresa fue fundada en 1967 por Hans-Werner Aufrecht y Erhard Melcher, de cuyos apellidos tomaron las primeras letras para formar el nombre; la última vino de Grossaspach, lugar de nacimiento de Aufrecht, en Alemania. Ambos habían trabajado para Mercedes-Benz y se autodenominaban como “especialistas en ingenieria, diseño y pruebas de motores de competencia.
¡Victoria!
En sus inicios, AMG se dedicó exclusivamente a construir autos de carreras basados en el Mercedes-Benz 300 SE sedán para competir en las carreras europeas de turismos. El primer éxito llegó en 1971, cuando un Mercedes 300 SEL –con seis faros y sin defensa delantera- ganó su categoría en las 24 Horas de Spa, en Bélgica y sentaría las bases para una de las reputaciones más respetadas en el automovilismo.
Pero un año antes de esta victoria AMG había comenzado comercializar partes de alto rendimiento para Mercedes-Benz, así como a personalizar autos de clientes en Europa y otras partes del mundo. La transferencia de tecnología de la pista de carreras a los autos de producción siempre fue parte de la filosofía de la compañía y en poco tiempo AMG se convirtió en el preparador por excelencia de Mercedes-Benz. Durante los años setenta y ochenta AMG desarrolló varios modelos de alto rendimiento basados en los sedanes y coupés de la marca de la estrella, los cuales llevaban motores Mercedes fuertemente modificados y cambios probados en la pista a la suspensión y frenos, así como rines de aleación AMG y llantas más anchas. Es decir, un paquete completo de alto desempeño.
Los años maravillosos
Los setentas fueron una buena época para Mercedes-Benz, lo cual también benefició a AMG, por lo que las instalaciones de la compañía tuvieron que moversde de Burgstall a Affalterbach en 1978. Ocho años más tarde, en 1985, AMG abrió su segunda planta y contrató a su empleado número 100. A mediados de los ochentas, AMG atraía a clientes de todo el mundo e incluso fabricaba autos hechos bajo pedido para clientes internacionales (suponemos principalmente de Medio Oriente) y esto no hizo mas que fortalecer la reputación de la firma de ser el mejor preparador de Mercedes-Benz del mundo.
En 1990, Mercedes-Benz –entonces propiedad de DaimlerChrysler- se dio cuenta de la importancia de AMG para sus clientes (y como una lucrativa unidad de negocio) y firmó un acuerdo de cooperación con AMG mediante el que distribuidores de la marca venderían autos modificados, aumentando aún más la aceptación entre los clientes. Esto obligó a otra expansión de la compañía, que abrió una tercera planta en 1990 y aumentó su fuerza laboral a 400 personas.
Pero no fue sino hasta 1993 que AMG cruzó oficialmente el Atlántico con la llegada del Mercedes-Benz C36 a Estados Unidos, un mercado que se convertiría, con el paso de los años, en el más importante para la empresa, acaparando un 40% de la producción total de AMG.
A finales del siglo XX, Mercedes-Benz decidió comprar AMG, lo cual significó un nuevo crecimiento para la compañía, para lo cual se amplió la planta de Affalterbach en 2003, dejándola con una superficie de casi 40 mil metros cuadrados. Actualmente, AMG tiene cerca de 600 empleados y se encarga del desarrollo de motores, transmisión, chasis, frenos, aerodinámica, interior, diseño, ventas y marketing de todos los autos AMG.
“Un hombre, un motor”
Tras la expansión, AMG es capaz de producir 100 motores diarios en su nueva fábrica, en la que trabajan 45 técnicos altamente calificados que siguen el principio de la marca de “un hombre, un motor”, pues cada motor es ensamblado y supervisado por un solo técnico, quien, una vez finalizado y satisfecho con el resultado, estampa su firma en una placa grabada.
Actualmente, la importancia para el mundo de las carreras de AMG se ve reflejada en que un impresionante Mercedes-Benz SLS AMG es el Safety Car en la Formula 1.
Si sentarse en un Rolls Royce es de por sí interesante, hacerlo a los mandos de este Phantom 102 EX ha resultado toda una experiencia atrayendo todas las miradas de los transeúntes. Se trata de un modelo experimental, porque tal y como nos cuentan, en vez de hacer un prototipo de arcilla, pensaron cambiar la tecnología térmica por la eléctrica en un modelo real.
Y dicho y hecho. "Sacaron" el V12 de 6.75 litros y la caja de cambios de 6 velocidades y lo sustituyeron por una batería de litio ion (de aleación Niquel Manganeso Cobalto) y dos motores montados en la parte trasera del chasis, bajo los asientos.
Estos dos potentes propulsores, de 145kW cada uno "made by UQM", a la altura de lo que se puede esperar en un Rolls Royce, están conectados a una transmisión de una sola velocidad con diferencial integrado. Este prototipo rodante, tiene como objetivo testar a sus clientes y, sobre todo, demostrar que ellos también pueden fabricar un eléctrico.
Algunas diferencias
Al realizarse sobre un Phantom, por fuera "casi" nada nos hace pensar que estamos ante un modelo diferente a los demás, decimos "casi" porque la pintura empleada, Atlántico Chrome, es algo especial. Compuesta de nanopartículas de cerámica y aplicada en dieciséis capas con el objetivo de conseguir un aspecto de humedad al vehículo que varía con los cambios de luz.
Nada más abrir el coche nos llama la atención el nuevo suelo, ahora de cuero y, sobre todo, el diseño de la consola central y diversos revestimientos interiores en donde se ha sustituido la clásica madera por la fibra de carbono, de estética discutible. Aquí lo analógico, al menos en apariencia, se impone a lo digital. Diversos detalles nos ponen en la pista de que estamos en un coche eléctrico. Así, el indicador de combustible ha sido reemplazado por un indicador de carga de la batería.
Dos modos de conducción
Al arrancar este Rolls Royce Pahntom 102 EX, mediante el botón correspondiente comprobamos que apenas hace ruido, sólo un leve, levísimo, silbido. Destaca la posición de conducción, especialmente cómoda, no podía ser de otra manera, desde donde tenemos una razonable visión del "Espíritu del Éxtasis", -que celebra su centenario en 2011 y que adopta el color azul cuando está en marcha-, que marca el final del eterno capó del Phantom. Y créanme si les digo que maniobrar con un Rolls por algunas calles estrechas de Madrid no es lo más cómodo.
Como la mayoría de los eléctricos, este Phantom dispone de dos modos de conducción, la normal, y la denominada L. En el primer caso, las frenadas y aceleraciones son mucho más progresivas y la respuesta del pedal de acelerador es más inmediata. En la segunda, la L, -que aparece en el panel-, viajamos recuperando energía en las frenadas y bajadas, de forma que el pedal del acelerador se endurece y nos da la impresión de que retiene.
Carga por inducción
Se estima que la batería de este Phantom EE es la más grande del mundo para un automóvil de pasajeros, un dato que no sorprende, por otro lado, con un pico de corriente de 850A, a 338V DC. Su capacidad total es de 71 kWh. Para su carga se emplean 8 horas si es trifásica, la que llamamos "carga rápida", o 20 horas si es la normal.
Un dato, su autonomía da para 200 kilómetros, según estima la marca, aunque uno de los ingenieros de desarrollo nos comentó que, en las pruebas que han realizado en los alrededores de Munich, han alcanzado los 180.
Uno de los aspectos más reseñables de la tecnología presentada por Rolls Royce es la posibilidad de recargar el coche por inducción, como pudimos comprobar in situ. Una placa instalada debajo de la batería del Phantom y una plataforma de transferencia que ofrece una potente fuente de alimentación consiguen recargarle al 90 por ciento y es tolerante a la desalineación del estacionamiento. Es decir no tiene que colocarse el vehículo al milímetro.
NOS GUSTA
NOS GUSTARíA
Intimidades
Entre los elementos externos asoma la intención de velocidad, explicada materialmente vía la fascia específica, los rines únicos y los detalles deportivos. Por dentro, sobresale la tapicería en piel roja, evocación colorida de su talante velocista, dominante frente al resto de elementos ad hoc como la bella palanca de velocidades o el volante multifuncional.
En el tablero, la placa mayor iguala el color de la pintura exterior de manera graciosa y armoniza contrastantemente con los acentos y paneles de las puertas. Mientras, la posición alta del asiento principal facilita el dominio del 500, perfecta para la movilidad urbana pero condiciona el acomodo de personas altas o muy anchas.
A ello suma un equipamiento muy completo tanto en términos de seguridad (siete bolsas de aire, control de estabilidad) como de entretenimiento (equipo de sonido firmado por Beats, versatilidad de conexión por Bluetooth e iPod).
Su corazón es el 1.4 litros MultiAir con turbina acoplada, que eroga unos razonables 135 HP, administrados por una aparentemente convencional transmisión manual de cinco relaciones cuyo acertado escalonamiento concede dominio sobre los regímenes más contundentes, que oscilan por arriba de las 3,000 rpm.
Sin embargo, lo interesante surge al momento de exigirle a este capricho italiano en nuestra zona preferida de curvas y tramos de exigencia al volante. Ahí, la suspensión calibrada en poco más que firme, ayuda a tomar los cambios de rumbos con relativa facilidad, porque la trasera tiende a seguirse de frente pese la notable retroalimentación de las ruedas directrices.
También influye la corta distancia entre ejes, que no concede margen para un subviraje más predecible en el límite de adherencia, sino que propicia pequeños devaneos que orillan a mantener en alerta nuestros sentidos. Si no fuera por el control de estabilidad, posiblemente habría que alistar el contravolante en caso de exceder la confianza en giros cerrados. Sensaciones exaltadas por el evidente balanceo de su llamativa y elevada carrocería.
Ello no obsta para gozar de este minúsculo bólido, porque realmente concede más diversión que angustia. Su marcha posee un filtrado regular pero consistente. En ciudad, su ambiente natural, el Fiat 500 Turbo resulta muy apetecible para los que detestan perder tiempo o adoran la velocidad. Porque la respuesta si bien no es contundente como en el Abarth, sí nos deja una sonrisa de satisfacción al salir desde los altos del semáforo con prontitud. Además, su rendimiento de gasolina puede ser razonable si dosificamos la alegría en el pedal mayor.
Una opción muy interesante de cara a los retrocoches, cuyo cliente objetivo habita en los núcleos urbanos de gran tamaño, donde la diferenciación no estriba en un título o reconocimiento laboral; hay que demostrarlo materialmente pese la superflua inclinación narcisista que ello implica.
Su precio no es tan razonable (330 mil pesos; hay opciones más prácticas e igual de entretenidas), pero si miramos su capacidad de diversión y diferenciación, puede resultar una opción llamativa para esos ególatras tan difundidos en estos días.
FICHA TÉCNICA DEL FIAT 500 TURBO
Motor | |
Situación | Delantero transversal |
Nº de cilindros | Cuatro en línea |
Bloque / cabeza | Fundición / aluminio |
Distribución | SOHC, 16 válvulas |
Alimentación | Inyección multipunto, MultiAir |
Cilindrada | 1,368 cc / 1.4 l |
Diámetro x carrera | 72.0 x 84.0 mm |
Compresión | 9.8:1 |
Combustible | Gasolina, 92 oct |
Potencia máxima | 135 HP a 5,500 rpm |
Par máximo | 203 Nm (150 lb-pie) entre 2,500 y 4,000 rpm |
Transmisión | |
Caja | Manul, 5 velocidades |
Tracción | Delantera |
Embrague | Monodisco en seco |
Relación diferencial | 3.73 :1 |
Bastidor | |
Susp. del. | MacPherson |
Susp. tras. | Ruedas tiradas |
Elemento elástico | Res. helicoidales |
Estabilizadora del / tras. | Sí / no |
Frenos del. | Discos vent., 282 mm |
Frenos tras. | Discos sólidos, 240 mm |
Asistencias | ABS, ESP, TC |
Dirección | Eléctrica |
Giros/ø volante | 3.0/36 cm |
Diámetro de giro | 9.3 m |
Neumáticos | 195/45 R16 89V |
RENDIMIENTOS | |
Vel. máxima | No disponible |
Acel. 0-100 km/h | N.D. |
Consumo en ciudad | 11.7 km/l |
Consumo en carretera | 14.3 km/l |
Consumo medio | 13.0 km/l |
Emisiones de CO2 | N.D. |
Carrocería | |
Peso | 1,125/1,130 kg |
Largo x Ancho x Alto | 366 x 162 x 152 cm |
Distancia entre ejes / vias | 230 / 140-139 cm |
Cajuela | 270 l |
Nuestras Mediciones | |
Aceleración/rebases | |
Acel. 0-100 km/h | 10.25 s |
Acel. 0-400 m | 17.02 s |
Acel. 0-1,000 m | 30.90 s |
20-120 km/h en 2ª y 3ª | 15.00 s |
50-120 km/h en 2ª y 3ª | 10.12 s |
80-120 km/h en 4ª | 7.36 s |
Velocidad máxima | 200 km/h |
Frenadas | |
140-0 km/h | 88.0 m |
120-0 km/h | 66.8 m |
100-0 km/h | 47.3 m |
CONSUMOS | |
Ciudad km/l | 6.9 |
Carretera km/l | 18.2 |
Media (70, 30%) | 8.5 |
Dinamómetro | |
Potencia | 133.1 HP a 5.670 rpm |
Par | 192 Nm (142 lb-pie) a 2,620 rpm |
Relación peso/potencia | 8.48 kg/HP |
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También en Suecia, y también sobre un lago completamente helado, ya nos subimos a él como prototipo hace exactamente 17 meses. Entonces creímos que sería el próximo y esperado S1… pero, de momento, Audi lo deja sólo en A1 Quattro y en una edición limitada.
Erramos en la fecha, pero, sin embargo, no fallamos en el tiro. Porque, ante la gran inversión que ha supuesto y las muchas horas de desarrollo, sus responsables nos terminan por confirmar que Audi mantendrá esta base para un futuro súper deportivo de serie.
Eso sí, como siempre en Audi, el S1 (o RS1) llegará cuando el actual A1 concluya ciclo de vida, en aproximadamente dos años. Como sucedió con el RS3. De momento, nos conformamos ahora para abrir boca con este exclusivo Audi A1 Quattro, capaz de sacar los colores a todo rival en su segmento. Ni un Mini John Cooper Works puede con él con sus 211 hp… y tampoco un Citroën DS3 Racing o un Renault Clio Sport, ambos con 200 hp. Hablamos de un deportivo muy serio. Y tampoco es un simple Audi A1 con más potencia.
Y eso que, sin duda, la tiene. Porque es verdad que el nuevo Audi A1 Quattro recurre nuevamente al conocido 2.0 TFSI, turbo y de inyección directa, del grupo VW. Pero ni con los 200 hp del Octavia, ni los 210 de Passat o Scirocco, ni los 235 hp de Golf GTI 35 Aniversario… Audi recoge ahora la misma evolución de los más explosivos TTS o VW Golf R, revisada en inyección, electrónica y alimentación (con turbo más grande y presión aumentada a 1.2 bares) para rendir, 256 hp, 16 menos debido a ajustes en el escape… aunque manteniendo la misma curva de par.
Asociado exclusivamente a un cambio manual de 6 relaciones muy rápido y de gran tacto (el automático S-Tronic no cabe), el Audi A1 Quattro es una bala. Elástico, tiene mucha fuerza desde bajo régimen para mover con enorme poderío un conjunto relativamente ligero que pesa 1,390 kg. Potencia, velocidad… Y ¿qué cambios incluye el chasis para adaptarse a esta más extrema configuración? Pues, de inicio, sólo para introducir la tracción total Audi ha tenido que incluir (o modificar en algún caso) hasta 600 nuevos componentes sobre el A1 de tres puertas, única carrocería en que estará disponible. El desarrollo, por tanto, ha sido importante. Y es que, por ejemplo, el árbol de transmisión ha hecho reposicionar el depósito de combustible, mientras que la ubicación del diferencial trasero elimina la rueda de repuesto y recorta 60 litros de la cajuela dejándola en 210 litros de capacidad.
Pero hay más porque, gracias a la ubicación del embrague multidisco en el eje trasero, el A1 Quattro tiene una mejor distribución de pesos, lo que ha aprovechado Audi para adaptar la mejor dinámica. Manteniendo delante el mismo esquema McPherson, tiene una amortiguación más firme, mientras que el tren trasero, en cambio, sí recibe una muy sofisticada suspensión independiente de cuatro brazos, tomada directamente del deportivo Audi TTS, aunque con una vía algo más estrecha. Se trata del primer A1 que prescinde del más simple eje torsional.
También la dirección, electrohidráulica, le otorga al Audi A1 Quattro un tacto más deportivo y directo, ahora con una menor desmultiplicación. Y, por supuesto, no podían faltar frenos con discos autoventilados de 312 mm delante y 272 mm detrás y llantas de serie 225/35 sobre rines de 18 pulgadas con un exclusivo diseño de turbina.
Si al volante (por cierto muy deportivo y con la placa “1 de 333”, en referencia a la edición especial) el empuje y el sonido mecánico es fantástico, el comportamiento del Audi A1 Quattro sigue la misma línea. Si en condiciones normales de circulación se comporta como un tracción delantera, bastan unos pocos milisegundos para que el embrague transfiera la fuerza de forma continua hacia el tren trasero para mejorar la adherencia. El Audi A1 Quattro tracciona así, incluso en hielo, de maravilla, apoyado además por el diferencial electrónico XDS de deslizamiento limitado, esta vez con función “torque vectoring” también en el eje trasero (además de en el habitual delantero) para aplicar freno en curva a la rueda interior y mejorar más la adherencia y la agilidad.
Con todo ello, el A1 Quattro nos ha parecido un deportivo muy serio, preciso y que soporta muy bien los cambios de masas y apoyos. No dudamos que sobre asfalto debe ser también muy divertido. Como deportivo extremo y de primera clase, no creemos que el consumo sea elemento primordial de análisis en un Audi A1 Quattro. Pero, como referencia, valga el dato de que se sitúa en la media de su categoría. Con 11.6 km/l anunciados (el dato aún no está homologado), es ligeramente superior a un Renault Clio Sport, pero es más rápido y tiene más potencia. En cambio, un Mini JCW o un Audi TTS consumen, oficialmente, bastante menos. Bajan de los 12.5 km/l.
Respecto al A1 convencional, el nuevo Audi A1 Quattro pierde algo de cajuela y, al no ser versión Sportback, tampoco mejora una habitabilidad trasera bastante justa atrás. Además, con el nuevo carácter rácing no es tampoco el utilitario más cómodo, pero hay que reconocer que su tacto es excelente.
Ahora, el interior del nuevo Audi A1 Quattro está presidido por el color negro, monta asientos deportivos con reposacabezas integrado, múltiples insignias Quattro, pedales de acero inoxidable mate e inserciones de aluminio, como en la zona superior del pomo del cambio. La instrumentación, por su parte, llega con un nuevo cuentarrevoluciones rojo y agujas blancas.
En cuanto al equipamiento, el Audi A1 Quattro tendrá un único acabado cerrado y muy completo de serie, con faros de xenón, luces LED de ambiente interior, sensores de luz y lluvia, control de aparcamiento trasero, climatizador automático o control de crucero, entre otros elementos.