Filed under: Volkswagen, Modificaciones
Clic en la foto para ver los videos
Permalink | Email this | Linking Blogs | Comments
Sin duda alguna, el obligado cambio de imagen que solicitan estos tiempos asociado a la inherente necesidad de diferenciarse de sus coétaneos, propicia que varios automovilistas busquen opciones que marquen esa huella no sólo en sus ropajes, sino también en sus elementos de uso cotidiano como el automóvil.
Una de las posibilidades más socorridas es el cambio de ruedas, lo que implica en casi la totalidad de estas modificaciones, el incremento del diámetro del rin y en consecuencia, un neumático más ancho que también suele mejorar su calidad al unísono de sus capacidades dinámicas.
A primera instancia, parece simple: basta ir a un centro llantero o autoboutique y escoger entre una larga exhibición de rines y llantas, siempre acorde a nuestro presupuesto, lo que deja muy abierto el panorama de selección.
Pero siendo honestos, no basta con abrir la cartera y escoger, porque en el fondo existen limitantes propias al mismo vehículo, como el ancho y alto de las salpicaderas así como los riesgos de rozamiento con algún elemento de la suspensión. Ello sin contar con las otras consecuencias indistinguibles a primera vista.
Por ejemplo, una rueda más dura, es decir, un gran rin y un neumático de escaso perfil, castigan seriamente a toda la suspensión. Desde los brazos pasando por los resortes y amortiguadores hasta el desgaste prematuro de cojinetes y bujes. Traducción: una marcha áspera y costos frecuentes de mantenimiento o reemplazo.
Una segunda desventaja radica en la lectura errónea respecto al velocímetro, pues una rueda muy grande falsea su dato, lo que puede inducir excesos de velocidad así como acelerar un desgaste de juntas homocinéticas y flechas.
RUEDAS GRANDES
Pese los inconvenientes, el cambio de rueda es factible si se observan ciertos parámetros y sugerencias. Para empezar, lo ideal es respetar el diámetro de trabajo de la rueda, pero dada su variabilidad en virtud del perfil u hombro de cada llanta, basta con mantenerse apegado al diámetro original. Así, si su rueda posee un neumático de medida 185/65 R14, su diámetro ideal sería…
Consideraciones:
De aquí se desprende el cálculo…
H1 es la altura que poseen los hombros o flancos del neumático; ahora, hay que sumar el diámetro del rin. Para ello, hay que convertir las pulgadas a milímetros…
Sumamos los resultados H1 y R1
Entonces, podemos jugar con elevar una medida o dos al rin, pero debemos descender en la misma proporción la altura del hombro, siempre en la consideración de que normalmente el ancho del neumático crece en esa relación.
Veamos un ejemplo.
Si subimos a 15 el rin, tendremos…
Lo restamos al díametro original…
Lo dividimos entre 2…
Esta es la relación o proporción del hombro o perfil respecto al ancho de la rueda. Así, podemos jugar con valores conocidos tanto de ancho como de alto. Por ejemplo, considerando una relación de 55, dividimos (a) entre ésta…
Así tenemos un ancho aproximado, que en la práctica se corresponde con un incremento del rin mientras la relación decrece un par de escalones y nos concede un aumento de apenas 10 mm. En resumen, una rueda con neumático 195/55 R15 puede sustituir sin problemas a una rueda de medida 185/65 R14.
Para ahorrar matemáticas, basta seguir la sentencia inicial y podremos ganar diámetro de rin mientras la altura del hombro sea disminuida en proporción. Como no siempre existen las medidas exactas, se concede una variación del diámetro original hasta un 3%. De hecho, todas las empresas que venden neumáticos cuentan con tablas de equivalencia y diferentes medidas de rin que simplifican la tarea.
Por conveniencia y experiencia, no es recomendable pasar de tres incrementos del diámetro de rin, -ver gráfica de ejemplos- porque entonces las llantas probablemente no quepan en los pasos de rueda y salpicaderas. Es cuestión de ser un consumidor precavido y usar la inteligencia para entender que incluso en ciertos caprichos existen límites. Todo sea para disfrutar ese cambio de imagen tan gustado en el automóvil, las nuevas ruedas.
Sin duda alguna, el obligado cambio de imagen que solicitan estos tiempos asociado a la inherente necesidad de diferenciarse de sus coétaneos, propicia que varios automovilistas busquen opciones que marquen esa huella no sólo en sus ropajes, sino también en sus elementos de uso cotidiano como el automóvil.
Una de las posibilidades más socorridas es el cambio de ruedas, lo que implica en casi la totalidad de estas modificaciones, el incremento del diámetro del rin y en consecuencia, un neumático más ancho que también suele mejorar su calidad al unísono de sus capacidades dinámicas.
A primera instancia, parece simple: basta ir a un centro llantero o autoboutique y escoger entre una larga exhibición de rines y llantas, siempre acorde a nuestro presupuesto, lo que deja muy abierto el panorama de selección.
Pero siendo honestos, no basta con abrir la cartera y escoger, porque en el fondo existen limitantes propias al mismo vehículo, como el ancho y alto de las salpicaderas así como los riesgos de rozamiento con algún elemento de la suspensión. Ello sin contar con las otras consecuencias indistinguibles a primera vista.
Por ejemplo, una rueda más dura, es decir, un gran rin y un neumático de escaso perfil, castigan seriamente a toda la suspensión. Desde los brazos pasando por los resortes y amortiguadores hasta el desgaste prematuro de cojinetes y bujes. Traducción: una marcha áspera y costos frecuentes de mantenimiento o reemplazo.
Una segunda desventaja radica en la lectura errónea respecto al velocímetro, pues una rueda muy grande falsea su dato, lo que puede inducir excesos de velocidad así como acelerar un desgaste de juntas homocinéticas y flechas.
RUEDAS GRANDES
Pese los inconvenientes, el cambio de rueda es factible si se observan ciertos parámetros y sugerencias. Para empezar, lo ideal es respetar el diámetro de trabajo de la rueda, pero dada su variabilidad en virtud del perfil u hombro de cada llanta, basta con mantenerse apegado al diámetro original. Así, si su rueda posee un neumático de medida 185/65 R14, su diámetro ideal sería…
Consideraciones:
De aquí se desprende el cálculo…
H1 es la altura que poseen los hombros o flancos del neumático; ahora, hay que sumar el diámetro del rin. Para ello, hay que convertir las pulgadas a milímetros…
Sumamos los resultados H1 y R1
Entonces, podemos jugar con elevar una medida o dos al rin, pero debemos descender en la misma proporción la altura del hombro, siempre en la consideración de que normalmente el ancho del neumático crece en esa relación.
Veamos un ejemplo.
Si subimos a 15 el rin, tendremos…
Lo restamos al díametro original…
Lo dividimos entre 2…
Esta es la relación o proporción del hombro o perfil respecto al ancho de la rueda. Así, podemos jugar con valores conocidos tanto de ancho como de alto. Por ejemplo, considerando una relación de 55, dividimos (a) entre ésta…
Así tenemos un ancho aproximado, que en la práctica se corresponde con un incremento del rin mientras la relación decrece un par de escalones y nos concede un aumento de apenas 10 mm. En resumen, una rueda con neumático 195/55 R15 puede sustituir sin problemas a una rueda de medida 185/65 R14.
Para ahorrar matemáticas, basta seguir la sentencia inicial y podremos ganar diámetro de rin mientras la altura del hombro sea disminuida en proporción. Como no siempre existen las medidas exactas, se concede una variación del diámetro original hasta un 3%. De hecho, todas las empresas que venden neumáticos cuentan con tablas de equivalencia y diferentes medidas de rin que simplifican la tarea.
Por conveniencia y experiencia, no es recomendable pasar de tres incrementos del diámetro de rin, -ver gráfica de ejemplos- porque entonces las llantas probablemente no quepan en los pasos de rueda y salpicaderas. Es cuestión de ser un consumidor precavido y usar la inteligencia para entender que incluso en ciertos caprichos existen límites. Todo sea para disfrutar ese cambio de imagen tan gustado en el automóvil, las nuevas ruedas.
El BT-50 se convertirá en un nuevo modelo global de Mazda que también será comercializado en el mercado europeo con versiones no sólo pensadas para el trabajo.
Tras el Prius, el Auris y el Prius+, el Toyota Yaris HSD se convertirá en el siguiente modelo híbrido de la firma japonesa.
Filed under: Industria, Lexus, Tendencias, noticias y consejos, Hibridos
Permalink | Email this | Linking Blogs | Comments
Tras los serios descalabros económicos de la reciente crisis vivida en Estados Unidos, han surgido propuestas tan variadas con el fin de ahorrar dinero o, por lo menos, reducir el costo de movilidad de los automovilistas norteamericanos.
Uno de los menos esperados es la renta de neumáticos nuevos con opción a compra, una especie de arrendamiento. Sí, porque a pesar de que son equipos que se desgastan conforme los hábitos del conductor, siguen siendo elementos de precio elevado en automóviles de orientación o pretensión Premium.
Y dado el énfasis en ahorrar mientras me recupero, esta posibilidad ha creado un subnicho donde algunos propietarios de vehículos de ruedas grandes -sobre todo con rines de medidas superiores a las 18 pulgadas- opten por rentar neumáticos tan costosos en lugar de adquirirlos. Además, no exige el uso de tarjeta de crédito o historial, por lo que el alcance es mayor entre usuarios muy castigados economicamente.
Una solución interesante que demuestra que el mercado siempre manda, sólo hay que saber escuchar.