De entrada, el tablero parece decir que sí, marcando como velocidad punta 334 km/h, mientras que el tablero del M6 que lleva el paquete opcional “M Drivers Package” deja ver 305 km/h.
La lógica indicaría que el B6 está basado en el BMW M6, pero la realidad dista mucho de esta situación ya que, mecánicamente, el B6 es muy distinto del BMW M6; ¿la causa? Alpina no puede tocar ningún vehículo de BMW en cuyo modelo se incorpore la letra “M”. Así que decidieron tomar un 650i con un V8 4.4 biturbo, al que BMW manda casi sin terminar para que Alpina lo equipe con sus accesorios, detalles y obviamente una buena dosis de prestaciones de alto rendimiento.
Al V8 se le han colocado pistones forjados, se optimizó el sistema de enfriamiento además de una nueva caja automática de 8 velocidades que cuenta con su propia computadora; eso a lo que usualmente llamamos “gestión electrónica”. Este paquete de alto rendiemiento se completa con escapes de titanio Akrapovic. Las cifras finales que arroja el B6 Biturbo son: 540hp (el M6 tiene 560) y un torque de 700 Nm contra los 680 Nm del M6. El 0 a 100 km/h marca 4.4 segundos para el Alpina y 4.2 segundos para el M6.
Al final del día, el tema de la velocidad punta, es algo que se sobrevalua en si mismo. Actualmente y dependiendo del coche ya no resulta tan impresionante que se superen los 300 km/h, sin embargo, este ejercicio nos deja muy claro que Alpina, de la mano de BMW sigue siendo lider en preparaciones de altos vuelos.
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Gemballa participa este año en la categoría GT3 con un McLaren, por lo que aprovecharon su know-how y basta experiencia, la cual "ha sido destilada para hacer un superdeportivo de primer nivel".
En otras palabras, esto significa que el Gemballa GT es un McLaren MP4-12C con nuevas fascias, faldones y alerón, además de rines de casa de 20 y 21 pulgadas.
Por dentro, este preparador alemán forró de piel blanca los asientos y algunas partes del tablero y los paneles de las puertas. Lamentablemente, no hicieron ninguna mejora mecánica al McLaren, aunque afirmaron que ya están trabajando en ella.
Atrapado mientras hacía pruebas en Europa, el fuertemente camuflado prototipo parece más largo y ancho que el modelo actual. Además el auto tiene una parrilla más chica, un cofre más largo y postes A más delgados.
Si bien el exterior es fácilmente reconocible, los cambios más fuertes están en el interior, pues dicen que la próxima generación del Cooper reemplazará el velocímetro central por un tablero más convencional.
Las motorizaciones aún son un misterio, pero no nos sorprendería que los modelos de entrada llevaran los nuevos propulsores de tres cilindros TwinPower.
De entrada se notan varios rasgos en común con el Verso S mostrado hace unas semanas, con unas líneas más puntiagudas y algo más agresivas, manteniendo sin embargo la sobriedad típica de Toyota.
Por dentro se logra una sencillez muy agradable más por los pocos botones que por sus formas, que son un cambio total con respecto al saliente Yaris, empezando por el cuatro de instrumentos, ahora detrás del volante y no en medio del tablero.
En su tierra natal, Japón, se podrá adquirir con tracción delantera o total, motores que van desde el litro de desplazamiento hasta los 1,5, mientras que, como ya va siendo tradicional, una caja automática CVT es la alternativa a la manual.
Serán sólo 100 ejemplares del R8 con motor V8, que podrán pedirse en un color gris con tratamiento que simula un acabado de titanio. Esta pintura especial se suma a la lista de colores metálicos y perlados en los que está disponible el R8.
A esto se suman las pinzas de los frenos pintadas en color rojo y un paquete opcional de fibra de carbono que se puede aplicar a páneles laterales, espejos, alerones y hasta la cubierta del motor. El interior también tiene toques en color tojo en el tablero, asientos y páneles de puertas.
Disponible con caja manual o robotizada R-Tronic, el R8 V8 Limited Edition mantiene la cifra de potencia inalterada en 430 HP, que le bastan para hacer el 0 a 100 km/h en 4.6 segundos y conseguir una velocidad máxima de 301 km/h.
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Kia Sorento 2011
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Tras una abrupta e intensa presentación del magnífico V12 como un brutal coupé, toca el turno a su vertiente convertible, que no sólo presume esa capacidad metamorfósica sino que incluye varios elementos de aligeramiento traducidos por la gracia de la fibra de carbono en elementos decorativos como marcos del tablero, cubiertas de los espejos, y varios detalles hermoseantes.
El llamado Vantage V12 Roadster tendrá una serie de 101 ejemplares, cuyo V12 de 510 HP y 470 libras pie tradicionalmente administradas por una caja manual de seis escalones hacia las ruedas traseras no sólo robará el aliento de sus selectivos dueños, sino que dejará sin palabras a más de un vulgar deportivo de mediano nivel que quiera comparársele.
El nuevo Mercedes-Benz B 180 es la punta de lanza con la que la firma de la estrella pretende atacar un segmento que hasta ahora no había explotado con un auto práctico y con buena estampa. La nueva generación de la Clase B tiene un diseño más agresivo, más acorde con lo que encontramos en el resto de la gama; sin duda en un esfuerzo por hacerla más atractiva al público masculino y así ampliar su mercado.
Bajo el cofre lleva un motor de 1.6 litros turbocargado con 122 hp de potencia, una cifra algo conservadora, aunque suficiente para mover con soltura el Mercedes-Benz B 180 y, evidentemente, muy útil para lograr un buen consumo de combustible; la marca estima un consumo mixto de alrededor de 12 km/l. No es ningún cohete sobre ruedas, pero tampoco pretende serlo. De hecho, Mercedes-Benz apunta a familias jóvenes, que necesitan más espacio y practicidad que la que ofrece un hatchback, por ejemplo.
La transmisión es automática de siete velocidades, con la posibilidad de hacer los cambios desde el volante. Como ya es costumbre en la marca, hay tres diferentes modos de conducción: Sport, Manual y Eco. También incorpora un sistema Start-Stop, el cual puede ser desconectado con tan solo apretar un botón en la consola central.
El espacio en el interior es bueno, con un diseño bastante llamativo que resulta bastante agradable, a pesar de los plásticos rígidos en el tablero; en buena medida porque a lo largo de este hay una parte con un color claro y un patrón de panal que resulta bastante atractivo.
Lo más destacado en cuanto a seguridad es el Collision Prevention Assist, un sistema que advierte de una posible colisión delantera y otra de asistencia al freno adaptativo. Gracias a un radar de medio alcance, es posible controlar la parte delantera del vehículo en un radio de 80 m para detectar objetos que puedan provocar una colisión. La información emitida por el radar se combina con parámetros como la velocidad del vehículo y la trayectoria para calcular la probabilidad de que se produzca una colisión. De este modo, el CPA decide si avisarnos usando una señal luminosa en el tablero, activar además una alarma sonora o incluso comenzar el frenado.
El Mercedes-Benz C 180 llegará a México como una versión única con un precio de 392,900 pesos sin el paquete de navegación, el cual se despliega en una pantalla colocada en el centro del tablero, de hecho, da la impresión de tener una tablet colocada allí. Este paquete incrementa el costo del auto en 25 mil pesos.
Sin duda la nueva Clase B es un auto atractivo para quien se sienta atraído por Mercedes-Benz y necesite un auto práctico; aunque este segmento no es el más popular en México. El que seguramente tendrá un mayor impacto y ayudará a la marca a competir en el segmento de los compactos es la nueva Clase A, la cual será presentada en marzo en el Salón de Ginebra.
El nuevo Mercedes-Benz B 180 es la punta de lanza con la que la firma de la estrella pretende atacar un segmento que hasta ahora no había explotado con un auto práctico y con buena estampa. La nueva generación de la Clase B tiene un diseño más agresivo, más acorde con lo que encontramos en el resto de la gama; sin duda en un esfuerzo por hacerla más atractiva al público masculino y así ampliar su mercado.
Bajo el cofre lleva un motor de 1.6 litros turbocargado con 122 hp de potencia, una cifra algo conservadora, aunque suficiente para mover con soltura el Mercedes-Benz B 180 y, evidentemente, muy útil para lograr un buen consumo de combustible; la marca estima un consumo mixto de alrededor de 12 km/l. No es ningún cohete sobre ruedas, pero tampoco pretende serlo. De hecho, Mercedes-Benz apunta a familias jóvenes, que necesitan más espacio y practicidad que la que ofrece un hatchback, por ejemplo.
La transmisión es automática de siete velocidades, con la posibilidad de hacer los cambios desde el volante. Como ya es costumbre en la marca, hay tres diferentes modos de conducción: Sport, Manual y Eco. También incorpora un sistema Start-Stop, el cual puede ser desconectado con tan solo apretar un botón en la consola central.
El espacio en el interior es bueno, con un diseño bastante llamativo que resulta bastante agradable, a pesar de los plásticos rígidos en el tablero; en buena medida porque a lo largo de este hay una parte con un color claro y un patrón de panal que resulta bastante atractivo.
Lo más destacado en cuanto a seguridad es el Collision Prevention Assist, un sistema que advierte de una posible colisión delantera y otra de asistencia al freno adaptativo. Gracias a un radar de medio alcance, es posible controlar la parte delantera del vehículo en un radio de 80 m para detectar objetos que puedan provocar una colisión. La información emitida por el radar se combina con parámetros como la velocidad del vehículo y la trayectoria para calcular la probabilidad de que se produzca una colisión. De este modo, el CPA decide si avisarnos usando una señal luminosa en el tablero, activar además una alarma sonora o incluso comenzar el frenado.
El Mercedes-Benz C 180 llegará a México como una versión única con un precio de 392,900 pesos sin el paquete de navegación, el cual se despliega en una pantalla colocada en el centro del tablero, de hecho, da la impresión de tener una tablet colocada allí. Este paquete incrementa el costo del auto en 25 mil pesos.
Sin duda la nueva Clase B es un auto atractivo para quien se sienta atraído por Mercedes-Benz y necesite un auto práctico; aunque este segmento no es el más popular en México. El que seguramente tendrá un mayor impacto y ayudará a la marca a competir en el segmento de los compactos es la nueva Clase A, la cual será presentada en marzo en el Salón de Ginebra.
El Kicherer Supercharged GT, que es como se llama este SLS potenciado a lo bestia, logra una aceleración de 0 a 100 km/h en 3.4 segundos -bajando 4 décimas respecto al SLS AMG- y una velocidad máxima que supera los 300 km/h. Esto se consigue gracias a un sistema de sobrealimentación del motor exclusivo de Kicherer y del que los ocupantes del coche pueden ser partícipes gracias a un tacómetro en el tablero.
Estéticamente, esta preparación llama la atención por su labio frontal en fibra de carbono, su difusor trasero y su parrilla, inspirada en el Mercedes 300 SL Carrera Panamericana de 1952.
Destaca también la suspensión, que es ajustable a través de un amortiguador hidráulico y resorte; el escape, acabado en aluminio; y los rines son de 20 ó 21 pulgadas, asociadas a neumáticos Michelin Pilot Super Sport.
Hace unos dos años Mitsuoka lanzaba al Himiko, que partía del Mazda MX-5 pero tenía una carrocería totalmente diferente, con un estilo similar al del Morgan Aero8. Los japoneses dejaron su motor 2.0 litros de 160 HP, transmisión automática o manual, suspensiones y frenos del Mazda, y se dedicaron a la estética.
Para la versión Classic, Mitsuoka se ha centrado en la combinación de colores y materiales. Por ejemplo, el interior recibe apliques en imitación madera en el tablero y barra de cambios, que junto con el tapizado en cuero en formato clásico, le dan un toque de antaño.
El Himiko Classic es una edición especial complementa al Himiko Roadster , y del cuál sólo se harán 20 unidades a un precio cercano a los 56 mil dólares. Compra racional no es, pero al menos tendrás un juguete muy original.
Lo primero que salta a la vista es que las formas ultraredondas del modelo anterior han quedado en el olvido, dando lugar a un diseño que, si bien deja claro que se trata de un Beetle, tiene una apariencia bastante moderna. Las líneas son mucho más cuadradas, lo que le da una apariencia más deportiva que sin duda busca aumentar el público masculino del Beetle.
Una de las consignas para diseñar este auto fue inspirarse en el original sin hacerlo un coche retro, sin duda una tarea difícil para cualquier marca y más cuando se trata de un auto tan icónico en el mundo. Así que ahora tenemos un Beetle con un techo más plano, más ancho y con un cofre más largo que lo convierten en un auto nuevo y diferente que mantiene el carisma que hizo tan popular al Beetle en el mundo. Además corrigieron dos de las mayores críticas del modelo pasado, la cajuela, que con 310 litros de capacidad ya tiene espacio suficiente para cuatro maletas medianas; además, la caida del poste C ahora es menos pronunciada, lo cual reditúa en un mayor espacio para la cabeza en la parte posterior.
Ensamblado en la planta de Volkswagen en Puebla, México, el Beetle carga sobre sus hombros la filosofía que la marca busca imponer a sus autos en el siglo XXI: causar emociones. Porque es un coche que llama la atención, no sólo por ser el nuevo Beetle –que se nota-, sino porque tiene un cierto sabor a chop top gracias a que la cintura es elevada y las ventanas no son muy altas, lo que crea la ilusión de ser auto con los postes recortados.
Además de doce colores para la carrocería –que se pueden mantener o combinar con el tablero y las tapas de las puertas- hay muchas opciones de personalización, pero la que más destaca es la posibilidad de elegir el nombre de la placa: Kafer, Bug, Escarabajo, Coccinelle, Fusca, Maggiolino y, por supuesto, Vocho.
Los interiores son amplios y con un diseño moderno, aunque podrían haber utilizado plásticos más suaves en puertas y tablero para lograr una mejor sensación en el habitáculo. Adentro encontramos varios claros homenajes al Vocho, como un tablero plano con una pequeña guantera en la parte superior (además de una más amplia un poco más abajo) y las clásicas agarraderas de goma en el poste B. Eso sí, el techo panorámico de la versión más equipada crea un ambiente completamente diferente al que tenía el Vocho.
En cuanto a motorizaciones hay seis opciones; cuatro de gasolina de 1.2 hasta 2.5 litros y dos diesel de 1.6 y 2.0 litros. A México sólo llegarán dos propulsores de gasolina, un 2.5 litros de aspiración natural y un 2.0 litros turbocargado. Habrá tres versiones diferentes, la de entrada se llama simplemente Beetle, lleva un motor cinco cilindros de 2.5 litros con 170 hp y transmisión manual de 6 velocidades. Le sigue el Sport, cuyas diferencias son meramente estéticas, a excepción de la transmisión, pues tiene la opción de montar la caja Tiptronic. El tope de gama es el Beetle Turbo, con un propulsor 2.0 litros de 200 hp y transmisión manual o DSG. Los precios van de 239 a 390 mil pesos y el Volkswagen Beetle comenzará a venderse en México a finales de julio o principios de agosto.
A primera vista se puede apreciar un cambio en el parachoques delantero, la parrilla y en los faros, y pese a que en el momento no hay imágenes que lo demuestren, Land Rover afirma que también han sustituido las luces traseras.
En un apartado más práctico se renuevan los asientos, el tablero de instrumentos y los espejos retrovisores, con una superficie levemente mayor (10%) para mejorar la visibilidad.
En Europa estará disponible con una actualización de su motor Diesel de 2.2 litros con un nuevo turbo de geometría variable. Se comercializará con 150 y 190 caballos.
Lo más importante del Freelander 2011 es que, tal como el recién aparecido Range Rover Evoque, se podrá adquirir con tracción delantera, en una variante de bajo consumo denominada eD4, 75 kilos más ligera que su equivalente con los dos ejes motores y con un consumo medio homologado de 16.6 kilómetros por litro.
Removieron el inofensivo motor de gasóleo y emprendieron el camino de construir el Clase B AMG que nunca existió. Adaptaron su plataforma para ser de tracción trasera mientras que bajo el vano motor introdujeron un V8. Suena fácil en una frase, pero la idea les costó ocho meses de arduo trabajo.
Unieron la planta de poder a la conocida transmisión 7G-Tronic de siete velocidades y aprovechando algunos componentes de un antiguo E430 el Clase B ahora podía transferir los más de 380 caballos del 5.5 litros a las ruedas posteriores.
Las prestaciones finales logradas son una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.2 segundos y una máxima limitada a 250. Entre algunas adaptaciones para aguantar la mayor potencia están unas llantas AMG de 18 pulgadas.
Por dentro la decoración varía ligeramente con unas sillas tapizadas en cuero y alcántara y un volante más deportivo. El tablero de instrumentos ahora está graduado a 300 km/h.