El Victory II tendrá defensas, salpicaderas, faldones, tomas de aire en el techo, alerón y difusor. Además, trae rines Edition Race de 20x9.5” adelante y 20x13” atrás, envueltos en llantas 235/30 y 325/25, respectivamente.
Con computadora remapeada y un nuevo sistema de escape, el Victory II trae 575 hp y 428 lb-pie, que lo empujan como alma que lleva el diablo hasta 328 km/h; un poco más de potencia de la que trae el espectacular Lamborghini Gallardo Superleggera.
El interior está casi totalmente tapizado en Alcántara y fibra de carbono, claro, con un toque rojo por aquello de que lo sintieras muy discreto.
Para algunos puristas modificar un Ferrari o Porsche es poco menos que un sacrilegio, pero la verdad es que son varias las marcas que tienen divisiones de alto desempeño. Mercedes-Benz tiene a AMG, BMW la serie M, Audi los RS, etc; vamos, que el Safety Car de la Formula 1 es un Mercedes-Benz SLS AMG.
Pero el tuning high end vive fuera de las marcas, con preparadores que son más que reconocidos, como Brabus, Novitec Rosso, Techart, Ruff, Alpine, Hamann, Mansory o AC Schnitzer, entre otros, que ‘casualmente’ están en Alemania y se dedican a modificar marcas más que lujosas como Mercedes-Benz, BMW, Porsche o Ferrari.
Cierto es que al mejor cazador se le va la liebre y varios de los modelos que modifican caen en el exceso, como en el caso del Mansory Vitesse Rose, donde destrozaron un Bentley Continental GT para hacer un coche hecho a la medida para Paris Hilton.
Pero realmente hay muchos autos dignos de una ovación de pie, como el 9ff GT9-R de Ruff, un Porsche de 1,120 hp que acelera de 0 a 100 km/h en apenas 2.9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 414 km/h, un territorio ultraexclusivo incluso entre los superautos, que pisan sólo el Bugatti Veyron y el Koenigsegg CCX-R.
En resumidas cuentas, el tuning high end se enfoca en mejorar las prestaciones de autos de lujo modificando elementos mecánicos y aerodinámicos (suspensión, motor, sistemas de escape y admisión, carrocería, etc.), aunque hay que reconocer que no siempre lo hacen con el mejor gusto.