Lamborghini Aventador

Publicado el 22/06/2011 02:15

Pasaron cinco años de desarrollo para que la firma italiana mostrara al mundo una sorprendente evolución de su modelo o "segmento" más importante y que le caracteriza como una de las marcas con mayor deportividad a lo largo de los años; finalmente casi 10 desde que se lanzó el Murciélago, su más grande pieza, hasta ahora.

El característico V12 de la casa sigue siendo la parte central para el desarrollo de superdeportivos que hacen temblar a cualquier fabricante de deportivos de clase. Lo han hecho desde el Miura y continúan con pasos impresionantes con este Aventador.

Roma se caracteriza por ser una de las ciudades con más historia del planeta. Es cuna de la civilización occidental, centro espiritual del catolicismo y en sus calles se respira una inigualable mezcla de siglos de vida y estilo. Es importante conocer los orígenes de una marca que ha puesto, en su última obra maestra, todo el conocimiento y cartera del Grupo VW AG, con el exquisito trabajo de diseñar autos, y levantar pasiones en cada esquina. Sólo así se puede concebir una pieza tan magistral como el Aventador, una muestra de lo que el dinero, la tecnología alemana y la pasión italiana pueden concebir en una pieza única de la ingeniería automotriz.

Tocado por el cielo

Cada línea del Aventador tiene una razón de ser. No se puede hablar de la evolución del deportivo por excelencia de la casa italiana sin el trabajo de Filippo Perini en sus trazos. De hecho, el auto fue diseñado de adentro hacia afuera, con clara inspiración en los aviones de caza y elementos tan orgánicos como los insectos, en particular una catarina (mariquita), según nos explica Perini, jefe de diseño de Lamborghini.  Todo está pensado desde la perspectiva del conductor y eso se nota (más aún, se agradece).  Sólo así se concibe que prácticamente sin importar el tamaño del conductor, éste se sienta perfectamente acoplado al auto, como la pieza central de este rompecabezas de carbono, aluminio y mucha piel.

A detalle

Técnicamente, el nuevo Aventador representa para la firma y para el Grupo VW AG, toda una revolución en el desarrollo y construcción, no sólo de superdeportivos, sino de autos en general. Con la cartera llena de billetes y en colaboración con el centro técnico en el trabajo del aluminio de Audi, Lamborghini tuvo carta abierta para crear su nuevo superdeportivo, algo digno de suceder al Murciélago y continuar con la magnífica historia que sus autos de motor central trasero V12 han construido. Mejor todavía, como la marca no encontró (dicen) proveedores que le pudieran entregar las piezas que buscaba para fabricar el Aventador, decidieron construir su propia fábrica para maquilar, por completo, este modelo.

Las grandes novedades son el empleo de un monocasco de plástico reforzado con fibra de carbono, muy similar a los que utiliza Lexus en el LF-A y McLaren en el MP4 12C, para ofrecer un reducción de peso de 230 kg o 30% respecto del Murciélago, mejorando significativamente su rigidez estructural, un 150% más rígido. El peso final es 1,650 kg, espectacular para un auto de estas características. Además se suman un esquema de suspensiones con una solución importada de F1 (tipo pushrod) que le permiten reducir peso y componentes y otorga más libertad para jugar con la relación entre el recorrido de la rueda y la compresión del resorte.

No es de extrañar que Audi esté interesada en la construcción basándose en el empleo del aluminio y fibra de carbono con resinas plásticas, pensando en los futuros deportivos eléctricos que requieren, por obligación, un bajo peso. Interesante laboratorio de pruebas.

La razón del V12

Muy sencillo, un V10 les hubiera obligado a emplear cilindros de mayor tamaño y una carrera más larga para conseguir esa potencia, (sin apostar a recursos "sencillos" como turbocargadores), que les generaría más inercias y vibraciones, además de que para los ingenieros de Lamborghini el equilibrio ideal se consigue con un V12; sólo así es posible girar hasta las 8,250 rpm (pocos autos alcanzan esta cifra de RPM), con una compresión alta de 11.5 a 1. El empleo de aluminio y algunas aleaciones con silicio le permiten a Lambo ofrecer un motor de peso bastante bajo, con apenas 235 kg.

Mecánicamente la otra novedad es la nueva transmisión ISR de siete cambios o "Independent Shifting Rod" que, en lugar de emplear una de doble embrague, Lamborghini utiliza un nuevo sistema que le permite a los engranajes y dispositivos de sincronización seleccionar de manera independiente cada marcha y pueden solaparse el desengrane de primera con el engrane de la segunda, para ser extremadamente rápida. Además, la nueva caja ofrece cinco modos de manejo, dos automáticas y tres manuales: Strada, Sport y Corsa, esta última destinada prácticamente para circuitos, que se encarga de variar la respuesta del control de estabilidad y entrega del torque en el sistema de tracción integral, siendo principalmente un tracción trasera con 80% del par disponible en dicho eje. Lambo estaba buscando la meta de cambiar en 50 milisegundos y no era posible con una de doble embrague o simplemente no quería usar algo de Audi. Yo tampoco lo hubiera hecho.

Complementa la orquesta de tecnología aplicada el sencillo sistema de tracción integral controlado electrónicamente (Haldex), capaz de enviar hasta el 80% del par a las ruedas posteriores, y si una rueda gira más rápido que la otra, el control de tracción es el encargado de controlar la entrega de torque.

A la carga

Y todo, absolutamente todo tiene sentido cuando se está a bordo. Los números hacen hervir la sangre: 700 HP, 0 a 100 km/h en 2.9 segundos, 350 km/h de velocidad máxima. A pesar del tamaño, encajo sin problemas en el bajísimo auto de 1.20 m de alto y no hay otra sensación que la de estar en un auto que marcará época.

La electrónica alemana se hace presente con la ausencia de la palanca de transmisión. Un solo botón me permite poner al Aventador en el modo manual y, para conocer el auto y el circuito, decido empezar con el modo Strada. Paso saliva y me permito apretar el volante dispuesto a recibir todo el que el Aventador tiene para mí. El sonido del motor es brutal, cuando pensaba que no podía sonar más fuerte, el V12 grita orgulloso su mejor ópera rebasando las 8,000 rpm. Es el concierto soñado para cualquiera que guste de manejar. Segunda es inmediata y el motor continúa en su incesante canto llevándonos de la mano. Imaginen al mismo Pavaroti sentado a su lado (y vaya que cabría) expulsando su nota más alta, inundando la cabina y sonando a varios kilómetros el encantador sonido de esta música.

Y así como acelera, gira, frena y responde, incluso a los errores. La dirección es directa, corta, sin cruzar los brazos para dar la vuelta más cerrada del circuito. Y del Strada brincamos al modo Corsa, el auto da confianza y es simplemente brutal. Cambiar por encima de las 8,000 rpm es una patada a todos los sentidos, es empujar aún más el cuerpo contra el asiento y acelerar el corazón a mil revoluciones más. Y viene la curva y la trasera se anuncia jugueteando con la electrónica como buen tutor dejándonos sentir como el piloto más experimentado. Así, una y otra vez, curva tras curva, cambio tras cambio. Adictivo, podría estar toda mi vida conduciendo este auto siempre al límite,  con todos los sistemas dispuestos a concederme esa obediencia.

Magistral el trabajo de Lamborghini, pero pocos, muy pocos podrán presumir de poseer una de estas piezas, con tan sólo una producción de 2 o 3 autos diarios y pagar entre 387 mil y 508 mil dólares (para México) más impuestos, aunque la producción de los próximos 18 meses ya está vendida. Si fuera por dinero…

www.automovilonline.com.mx :

Previa Frankfurt 2013: smart fourjoy, Publicado el 07/08/2013 00:15
México en el calendario provisional 2014 de F1, Publicado el 06/08/2013 19:15
Previa Frankfurt 2013: Audi sport quattro concept, Publicado el 05/08/2013 04:15